Con el adiós de Paul Pierce, solo Dirk Nowitzki y Vince Carter sobreviven a la dulce cosecha del Draft 1998. Un sorteo de novatos que dio como número 1 al pívot Michael Olowokandi, movimiento que supuso un auténtico fracaso para Los Angeles Clippers.
Pierce, formado en Kansas y elección 10º de Boston Celtics, ha dejado un legado impresionante. Ascendió al olimpo de la NBA en 2008 cuando se alzó ganador del anillo ante su eterno rival Los Angeles Lakers. Y a lo largo de sus 18 años como profesional ha derrochado clase y elegancia cada vez que ha pisado un parquet. Tras de sí quedan 1.343 partidos oficiales de temporada regular y 170 de Playoffs. Con su adiós el baloncesto es menos baloncesto y la NBA es menos NBA para aquellos que crecimos con los Kobe Bryant, Ray Allen, Allen Iverson, Tim Duncan o Jason Williams.
Pero a los nostálgicos de los años 90 todavía nos quedan un par de supervivientes, Nowitzki y Carter, quienes tras finalizar la temporada con sus respectivos equipos han confirmado que su intención es la de continuar jugando al baloncesto.
El alemán saldría un puesto anterior a Pierce, es decir, en el 9; y el jugador formado en North Carolina sería todo un número 5, seleccionado por Golden State Warriors, pero que finalmente debutaría con la elástica de los Toronto Raptors en la operación por Antawn Jamison (número 4).
Otros ilustres de aquel Draft que no podemos olvidar son Mike Bibby (2º), Raef LaFrentz (3º), el fallecido Robert Traylor (6º), Jason Williams (7º), Larry Hughes (8º), Bonzi Wells (11º), Matt Harpring (15º), Ricky Davis (21º), Tyronn Lue (23º), Nazr Mohammed (29º), Rashard Lewis (32º) o Cuttino Mobley (41º). Tampoco podemos pasar por alto a aquellos que se quedaron fuera de los puestos de acceso como Earl Boykins, Sarunas Jasikevicius o Brad Miller.