El experimento de Brett Brown

A Brett Brown se le ha presentado un bonito dilema dentro de una burbuja de por sí bastante incierta. No es que los 76ers hayan aterrizado en Orlando en un momento delicado –afrontan la reanudación incluso con mejores perspectivas internas– sino que este escenario servirá para esclarecer ciertos asuntos y poner nota al proyecto. E, incluso, para que el camino de unos u otros puedan separarse.

Los 76ers están situados en la sexta posición de la Conferencia Este con un balance de 39-26, que, sin ser malo, se encuentra alejado de las expectativas creadas el pasado verano. El camino hacia el éxito está compuesto por una serie de decisiones vitales a lo largo del tiempo y el técnico deberá resolver algunos de los problemas ofensivos que han afectado al equipo en un lapso de apenas poco más de una semana. Es decir, el tiempo que les separa del primer partido de regular season en Florida, el próximo 1 de agosto con Indiana como rival.

La suspensión de la temporada trajo consigo una buena noticia. Ben Simmons, quien afrontaba el pasado mes de marzo con una lesión en la espalda, está completamente recuperado y ha reconocido incluso sentirse “mejor que al inicio del curso.” El jugador aprovechó los permisos especiales ofrecidos por la NBA durante la pandemia a aquellos jugadores lesionados o problemas físicos para usar las instalaciones de entrenamiento del equipo y apurar su puesta a punto. Ahora, Brown ha aprovechado su pletórico regreso para poner en marcha su arriesgado plan: situar a Simmons como power-forward.

El técnico ha confirmado el desplazamiento del jugador al puesto de ‘4’ desde que dieran comienzo los entrenamientos grupales en Disney World. La razón es sencilla. Brown ha sido incapaz de crear un sistema fiable que encaje simultáneamente a Embiid y Simmons de una manera productiva y prolongada en el tiempo. Unos problemas que se han acrecentado por la insistente negativa del base a incorporar a su arsenal el lanzamiento exterior, lo que ha provocado el colapso de una pintura donde ambos obtienen su mayor rédito. De todas las alineaciones de dos jugadores que han disputado al menos 700 minutos juntas, la integrada por Simmons y Embiid es la que peor net ratingacumula con apenas un +0,9, siendo superadas por otras trece combinaciones distintas, siendo la formada por Embiid y Richardson la que se encuentra en cabeza (+7,2).


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