Equipos NBA sin anillo: ¿Fueron los Suns de Barkley los mejores de siempre?

Atención, pregunta. ¿Cuáles son los mejores Phoenix Suns de la historia? De manera natural, las neuronas pueden (quieren) evocar la chispeante obra maestra que Steve Nash, Mike D’Antoni y cía tallaron a mitad de la década de los 2000. La muestra que igualó el mejor récord de la franquicia (62-20), conseguido años antes por los únicos Suns presentes en unas Finales a partir el año 1977.

Los dos únicos precedentes de lucha por el título en Arizona datan de 1976 y de 1993; poseen el punto coincidente de Paul Westphal —primero jugador y luego entrenador—, pero el caso que nos ocupa conduce al orondo Charles Barkley. A sus trepidantes Suns, que amenazaron el incipiente imperio de Michael Jordan.

Las Finales de 1976 habían sido un rara avis en una organización adolescente, nacida en 1968. Después de cinco años seguidos sin tocar playoffs, el equipo que comandaba Westphal alcanzó la ronda final desde el cuarto balance de su conferencia (42-40) y octavo de toda la Liga. Una grata sorpresa que no se repetiría hasta 1993.

Desde aquellas primeras Finales en 1976, los Suns solo se perdieron cuatro ediciones de playoffs hasta el año 2001. Todo ello con diferentes proyectos. Empezaron poco a poco a actuar con voz y voto importantes en una Liga en constante expansión. Las de 1993 llegaron en el ecuador de ese ciclo triunfal de 13 postemporadas seguidas.

El equipo afincado en The Valley siempre había acostumbrado a invocar plantillas que seguían hábitos muy vistosos, ofensivos, dentro de la cancha.

A finales de los 80, los Suns apostaban por el castillo que lideraban Jeff Hornacek, Tom Chambers y Kevin Johnson. El núcleo era joven y prometedor, sobre todo en ataque, apuntalado por otra serie de recién llegados al profesionalismo (Dan Majerle) y veteranos (Eddie Johnson y Mark West).

Las vacas gordas en la cancha trataban de desconectar para siempre con la sinopsis de una organización insulsa, que hasta había tenido que fumigar a fondo problemas con la justicia. En abril de 1987, tres jugadores (James Edwards, Jay Humphries y Grant Gondrezick) fueron condenados por tráfico de cocaína. El escándalo sacudió la entidad y la Liga, siendo uno de los últimos capítulos que remaron para ahuyentar los estupefacientes de la primera plana mediática en la NBA. Aquella tropelía estuvo, de hecho, cerca de llevarse por delante la franquicia, de sacarla de Arizona.


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