El draft de la NBA de 1973 es considerado por muchos como una de las camadas que menor impacto directo causó en la liga. Doug Collins fue seleccionado en primera posición por los Philadelphia 76ers y solo cuatro jugadores llegarían a ser elegidos All-Star en algún momento de sus carreras: Kermit Washington, Larry Kenon, George McGinnis y el propio Collins.
Sin embargo, hasta tres jugadores seleccionados en primera nunca llegaron a debutar en la NBA –Kevin Joyce, Barry Parkhill y Raymond Lewis– y la figura más destacada de aquel draft tendría que esperar hasta su salto a los banquillos como entrenador para construir su legado: Mike D’Antoni.
Entre toda esta retahíla de desconocidos u olvidados emerge un nombre cuya efímera carrera no logró sepultar del todo su talento, el cual le tocó desplegar in situ dentro de la década más oscura de la NBA. En efecto, Ernie DiGregorio aterrizó en la liga como flamante número tres de aquel draft aunque nunca lograría equipararse con los grandes point-guards del momento.