Indiana: cómo sobrevivir sin Victor Oladipo

Aires de cambio soplaron en la ciudad de Indiana este verano. Una corriente que devolvió consigo una renovación importante de la columna vertebral del equipo, instaurando cierto clima de incertidumbre en la franquicia. Los únicos jugadores importantes de la rotación que no vieron modificado su emplazamiento geográfico en la liga fueron Myles Turner y Domantas Sabonis. En el perímetro la transformación fue radical con la adquisición de tres nuevos pilares con los que terminar de edificar el quinteto inicial: Malcolm Brogdon, T.J. Warren y Jeremy Lamb. No las tenían todas consigo pero el tiempo, al menos hasta ahora, ha parecido darles la razón al presidente de operaciones Kevin Pritchard y a Nate McMillan.

Valoraciones colectivas

Los renovados Pacers han comenzado la temporada con un balance de 17-9 que les permite codearse con la élite de la Conferencia Este. Un buen arranque que se justifica con el gran equilibro existente entre ataque y defensa –presentan un net rating de +4,7– y la creación de una identidad bien definida basada en la aglomeración de una gran cantidad de centímetros, tanto en altura como en envergadura. Y es que los Pacers presentan uno de los quintetos iniciales de mayor tamaño de toda la NBA.

Quinteto inicialAlturaEnvergadura
Myles Turner2,112,23
Domantas Sabonis2,112,11
T.J. Warren2,032,07
Jeremy Lamb1,962,11
Malcolm Brogdon 1,962,10

Pocos equipos de la competición combinan a tal escala unas dimensiones semejantes con un rango de lanzamiento tan extenso. El gran tamaño de su núcleo principal permite a los Pacers presentar casi siempre un mismatch en algún lugar de la ofensiva, pudiendo, así, abrir las defensas, atacar el punto más débil de la misma y posteriormente continuar con la circulación de la pelota para encontrar un tiro liberado de una forma eficiente y solidaria. Los de Nate McMillan presentan el quinto mejor porcentaje de acierto en tiros de campo y el octavo en triples mientras se encuentran en el Top 10 de los equipos que menos pérdidas de balón sufren. Paradojicamente, su estilo de juego traza un paralelismo con el de San Antonio: ambas franquicias ocupan los dos primeros puestos en volumen de tiros de dos anotados y los dos últimos en volumen de anotación exterior. Pero con mejor resultado.

A nivel individual, Brogdon, Sabonis, Lamb y Warren están promediando un mínimo de 15 puntos por partido y los tres primeros están registrando career high en anotación y asistencias. Además, los cuatro se encuentran entre los 35 jugadores de la liga que promedian al menos un 52% en tiros de dos puntos con un mínimo de ocho intentos. Un dato especialmente relevante si tenemos en cuenta ningún otro equipo es capaz de aportar más de dos componentes a este selecto grupo. El todo es mayor que la suma de sus partes, como afirma la psicología de la Gestalt de Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka.

En defensa las virtudes son aún mayores y se intensifican fruto de la sobredimensión de centímetros previamente citada. Una muralla cimentada sobre un defensor perimetral de élite, Brogdon, y un protect rim con todavía margen de mejora, Turner, rodeados ambos por piezas perfectamente capaces de dar continuidad a la sintonía defensiva del equipo. El quinteto inicial se ha mostrado infalible no solo en atacar el aro contrario, sino también en destruir la ofensiva del rival, presentando un net rating de +12,7 en los 191 minutos en los que han coincidido en cancha, quinto mejor registro entre todos aquellos quintetos que han compartido pista al menos 190 minutos. Y mejor todavía: todos ellos son jóvenes –entre 23 y 27 años– y presentan contrato, como mínimo, hasta verano de 2022, por lo que la estabilidad y continuidad del proyecto permanecerá intacta durante un par de años.

Pieza a pieza

El eje central sobre el que se construye la estabilidad del juego de los Pacers es Malcolm Brogdon. Después de completar sus primeras temporadas en Milwaukee junto a Antetokounmpo, Middleton y Bledsoe, el de Norcross se ha asentado como uno de los mejores bases de toda la NBA este año, no solo como especialista defensivo sino también como catalizador al otro lado de la cancha. Está liderando al equipo en anotación (19,5) y asistencias (7,7) sin cometer excesivos errores. Brogdon presenta un ratio asistencia/robo de casi tres a uno y es capaz de anotar de forma consistente y eficaz desde casi cualquier lugar de la cancha. La preocupación inicial de la falta de un poderoso primer paso para superar a su par ha sido suplida con su tamaño, el cual aprovecha para lanzar sobre ellos o generar el espacio suficiente para penetrar a canasta. En este punto, apostar por un hombre más alto y físico para equiparar esta diferencia permite, a su vez, la liberación de Warren o Lamb en funciones anotadores.

Mención especial merece el primero. El alero está promediando más de 18 puntos y un acierto superior al 48% –asciende al 54% en tiros de dos– por tercera temporada consecutiva, siendo un perfil muy versátil, capaz de moverse sin balón con fluidez y de atacar el aro como el mejor y más efectivo de los centers –presenta un 74% de acierto a menos de cinco pies–. Una producción silenciosa y de corte fugaz pero visiblemente letal, teniendo en cuenta que apenas toca el balón una media de 41 veces por partido, casi la mitad que sus compañeros Brogdon o Sabonis.

Pero quizá lo más importante de todo ha sido la cohesión de su juego interior. La gran preocupación desde que ambos compartieron pista por primera vez y que llegó a plantear a la directiva una complicada disyuntiva: ¿seguir insistiendo u optar por traspasar a uno de ambas? La incompatibilidad de ambas piezas llegó a ser muy evidente: el net rating de Turner y Sabonis en el curso 2017-18 fue de -8,7. Realmente preocupante. Finalmente, la apuesta por la perseverancia y el reciclaje del sistema ha sido fructífero y, en la presente temporada, las dos torres añaden 5.1 puntos al equipo por cada cien posesiones.

¿Qué ha causado esta tremenda transformación y cordialidad en la relación en la pista de dos jugadores que parecía abocada al fracaso? El reparto y, curiosamente, inversión de las responsabilidades en función de la localización en la pista. Lo explico de otra manera: Turner es un ‘5’ en defensa que cumple funciones de ‘4’ en la ofensiva. Y Sabonis, única pieza que parece ahuyentar el uso del triple, basa su ataque en su presencia interior mientras en defensa se ayuda en un perfil más móvil más cercano al de power-forward. Así no extraña hallar los siguientes datos: mientras que Turner está promediando un 35,9% en triples sin apenas aglomerar la bola, es precisamente esta apertura de la cancha la que está permitiendo al lituano, quien registra unos números de 18,4 puntos y 13,5 rebotes, campar con mayor libertad por las profundidades del territorio rival. Un impacto que se dramatiza cuando entra en juego el pick&roll con Brogdon: las alternativas de finalización se multiplican. Y en defensa es Turner el encargado de neutralizar las acometidas rivales –coloca 2,4 tapones por encuentro, la quinta mejor marca de la liga–, si estas son capaces de superar la ya de por si exigente primera línea defensiva.

Mayores recursos aún con Víctor Oladipo

El tan ansiado regreso de Oladipo incrementará aún más el impacto de sus compañeros y sus posibilidades de éxito a final de temporada. El dos veces All-Star ofrece un nuevo paradigma a su equipo, fruto de su versatilidad y capacidad de crear un mayor número de alternativas a ambos lados de la cancha. Un jugador tan capaz de atacar el aro con agresividad y crear espacios a sus compañeros como de conformar una de las mejores parejas defensivas de toda la NBA junto a Brogdon.

Lo más importante, además, será su capacidad de aportar mayor profundidad a los Pacers, donde los réditos y la productividad global se reduce considerablemente. Con Oladipo de vuelta al quinteto inicial, lo más seguro es que McMillan desplace a Lamb como líder de la segundad unidad, permitiendo una mayor distribución anotadora durante los 48 minutos del partido. Una situación que se agradecerá profundamente en Playoffs. Todos recordaremos como hace dos temporadas los Pacers pusieron contra las cuerdas a Cleveland en primera ronda. No fue hasta que Oladipo comenzó a dar muestras de cansancio tras numerosas y constantes dobles ayudas y cambios de marca cuando los Cavaliers aseguraron su clasificación para la siguiente ronda. Algo que, rodeado de Brogdon, Sabonis, Warren y Lamb, no debería volver a ocurrir, aún con el recrudecimiento del Este en el presente curso.

Sea como sea, estos Pacers han demostrado una capacidad asombrosa para recomponer el proyecto y seguir siendo competitivos. Y todo ello sin Victor Oladipo. El escolta, aún sin fecha establecida de regreso, apura su recuperación el equipo de la G-League, mientras la expectación de los aficionados aumenta exponencialmente. Y no es para menos. Los Pacers estuvieron muy cerca de rozar las Finales de la NBA a principios de la década. Y, a finales de esta, su objetivo es concluir lo que en su momento dejaron pendiente.

(Fotografía de portada de Andy Lyons/Getty Images)


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