Los Pelicans se adueñan de la pintura

Stan Van Gundy no ha tardado mucho tiempo en poner su sello en New Orleans. A pesar de las dificultades para conseguir un ataque fluido y eficaz, sustentado sobre un juego exterior todavía en etapa de experimentación y desarrollo, los Pelicans han hallado la manera de ganar partidos.

No hay duda de que este equipo es ya muy diferente al del año pasado, con una faceta del juego que destaca por encima de todas las demás: la defensa. Los Pelicans (4-2) presentan el cuarto mejor defensive rating (103,7) de toda la NBA, misma posición que ocupan en puntos por partido permitidos a su rival.

En una etapa tan dinámica y con tantas alternativas ofensivas, Van Gundy ha incidido en la protección de la pintura. Los Pelicans solo permiten 38 puntos por encuentro en la zona, segunda mejor marca de la liga. Además, es el tercer equipo que más rebotes captura (48,7) y el segundo en porcentaje de rebote defensivo (77,4%), tan sólo por detrás de los Sacramento Kings. Todos recordamos su famosa frase sobre «construir un maldito muro» en la pintura y eso es precisamente lo que está instaurando en New Orleans.

«Tenemos que jugar un baloncesto muy físico en ese lado de la cancha. Queremos controlar la pintura en cada partido, en ambos lados. La gente va a tener que anotar triples para ganarnos», declaró Lonzo Ball según recoge el medio The Athletic. «Eso es lo que hemos decidido hacer. Es lo que Stan quiere hacer y lo que estamos haciendo.»

El head coach se ha fijado en el modus operandi de los mejores equipos defensivos y ha aplicado algunos de esos principios a la defensa de los Pelicans. En particular, ha hecho referencia a los Milwaukee Bucks, quienes finalizaron los últimos dos cursos con el mejor índice defensivo de la liga. El precio a pagar fue el mismo: descuidar el perímetro y permitir más triples que ningún otro conjunto.

Los de Wisconsin construyeron un muro interior alrededor de Giannis Antetokounmpo y Brook Lopez, alentando a los oponentes a incidir en el triple. Una táctica arriesgada que apuesta por una disminución del flujo natural del ataque cuando gran parte de los lanzamientos proceden del perímetro.

Ahora, Van Gundy está siguiendo los pasos de Mike Budenholzer. Steven Adams y Zion Williamson se erigen como esa infranqueable pareja interior. A cambio, permiten 43,7 intentos de tres puntos por encuentro, la mayor marca en este arranque de temporada.

Precisamente, en las dos derrotas cosechadas (ante Phoenix y Miami) los Pelicans permitieron 35 triples combinados. En la ajustada victoria ante Toronto recibieron 48 intentos, pero los canadienses, inmersos en bache ofensivo, solo acertaron 14.

La apuesta de Van Gundy es que los números se inclinarán a su favor a largo plazo y ha insistido a sus jugadores en mantener esta visión incluso en aquellas noches en las que el rival esté especialmente acertado. «Simplemente tenemos que tener fe y confianza. Lo que estamos haciendo es a largo plazo», recalcó el entrenador. «Esos momentos pondrán a prueba nuestra confianza. Solo tendremos que seguir haciendo lo mismo.»

El cambio nunca es fácil. Pero, hasta ahora, esta nueva filosofía está devolviendo resultados defensivos. Y, lo que es más importante, victorias.

(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)


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