Después de una búsqueda de más de dos meses, los Pelicans han encontrado a su nuevo entrenador jefe en la figura de Stan Van Gundy. En las oficinas de New Orleans barajaban una diversa lista de candidatos para el puesto tras el despido de Alvin Gentry y no han tenido ninguna prisa en asegurar su relevo.
En lugar de atar a un perfil extremadamente ofensivo como el de Mike D’Antoni o incorporar a un contrastado gurú del desarrollo como Kenny Atkinson, el vicepresidente de operaciones, David Griffin, optó por estrechar su mano con la de Van Gundy, sin trabajo desde que fuera cesado por los Pistons en mayo de 2018.
Aunque esta contratación no es tan inesperada como la realizada por los Pacers con Nate Bjorkgren, sí que ha resultado una decisión relativamente sorprendente para muchos. Ya no solo porque en 2018 hubiera meditado la retirada sino porque su incorporación a los Pelicans abre un extenso debate sobre las posibilidades de éxito durante su mandato.