Marc Gasol y su incierto presente bajo las estrellas

California, Los Ángeles, Hollywood, el Staples Center… La vida bajo las estrellas puede cambiar en cualquier momento, y si no que se lo pregunten a Marc Gasol.

El jugador español era hasta hace una semana el pívot del proyecto de los Lakers, y decimos pívot con mayúsculas. La gerencia californiana cambió a JaVale McGee y Dwight Howard (dos center natos) por Marc, quien estaba llamado a ser una mejora. Sí, se trataba de un jugador diferente. Defiende menos por físico y más por sabiduría, y en ataque no juega sobre el aro, sino que lo hace combinando desde el poste (asistiendo) o anotando desde el perímetro. Los Lakers sabían lo que fichaban, pero parece que se han arrepentido, o que al menos quieren volver a contar con lo que tenían cuando lograron el anillo de 2020 en la burbuja de Orlando.

Han fichado a Andre Drummond; y no como acompañante, sino para que sea la primera opción, el pívot titular –así se lo han prometido–. Drummond supone un regreso al plan del curso 2019-20. Sus características se asemejan a lo que tenían antes. Más físico, más rebote, más cuerpo a cuerpo. Es justo este cambio el que puede desestabilizar a Gasol. No se trata de que llegue otro jugador que se sitúe por delante, sino que su aterrizaje supone que la idea de juego cambie tanto como para que la sensación sea que el equipo demanda algo distinto, que sus virtudes pasan a un segundo plano.

‘Si me ficharon para jugar así y ahora traen algo diametralmente opuesto, ¿dónde quedo yo?’. Marc no ha dicho esto, pero casi. El jugador español se ve ahora en una situación que no esperaba. Hasta la fecha estaba jugando 19,7 minutos por noche. El día que debutó Andre Drummond fueron solo seis minutos, y eso que Drummond se lesionó y tanto LeBron James como Anthony Davis no estaban disponibles. No pinta bien el presente; tanto como para que hace días Bleacher Report lanzase la bomba de un posible buyout del internacional español. Las aguas se han calmado en parte, pero Marc no está contento (y no puede esconderlo).

Sus palabras le delatan, y los hechos dictarán sentencia. Y todo ello sin que sus números le ayuden (o sí). Porque esa es otra historia. Desde sus inicios en la NBA el mediano de los Gasol ha sido generoso en pista dejando sus estadísticas personales como una meta secundaria. Este año (con los compañeros que tiene) no podía ser menos. Sin embargo, su rendimiento e influencia en el equipo están muy por encima de lo que dicta el box score en un partido concreto. Presente incierto, sí, pero no con demasiados motivos estadísticos.

El plan C o D

«Es una pastilla difícil de tragar porque sé que estaré fuera del quinteto en algún momento. Mi responsabilidad y objetivo será siempre ayudar al máximo al equipo siempre que esté sobre la cancha. No eres el Plan A ahora. Eres el Plan C o D. Tienes que aceptarlo porque es tu trabajo, pero no es fácil. Tienes que adaptarte. Tomarlo como un desafío y seguir adelante».

Así se expresaba Marc hace escasos días. No era una sorpresa su enfado, pero quizás algunos esperaban que no fuese tan franco. Durante la agencia libre de 2020 optó por firmar con Lakers rechazando ofertas más jugosas en lo económico. En su cabeza estaba jugar con LeBron y Davis siendo una pieza importante en el esquema de Frank Vogel. ¿Era por entonces ese plan A? Quizás sí, quizás no. Ver a Anthony Davis actuando como center en playoffs no sería una sorpresa, lo cual disminuiría ostensiblemente su papel en pista, pero en cualquier caso ese le dejaba como Plan B.

Al empezar la campaña era titular. Montrelz Harrell, partiendo desde el banquillo, jugaba y juega más minutos que él, pero eso le volvía a dejar como el plan B. Era su rol y lo tenía asumido. Se preparaba para ello, para ser útil cuando hiciera falta sabiendo que tenía un estatus relevante. Ahora, cuando habla de C o D, ya está viéndose en el banquillo mientras juega Drummond, asumiendo que Harrell es la primera opción interior de la segunda unidad, y que cuando vuelva Anthony Davis incluso los dos mencionados anteriormente verán mermado su rol.

Variantes tácticas y… ¿minutos?

A esto debe agarrarse Marc, a los contextos. La NBA ha cambiado y ahora se juega a toda velocidad, algo que a estas alturas no es la mayor virtud del español, pero, en contrapartida, seguirán existiendo momentos en los que quizás se haga necesario tenerlo sobre el parqué. Y lo decimos mirando a la Conferencia Oeste y a la postemporada.

Utah tiene a Rudy Gobert, Denver a Nikola Jokic y Portland a Jusuf Nurkic. Esos tres equipos, todos entre los seis primeros de la Conferencia Oeste, juegan con un pívot nato. Es por aquí por donde el español puede ganar terreno… pero también Drummond. Rebobinemos hasta los playoffs de la burbuja. En primera ronda, contra los Blazers, Dwight Howard promedió 19 minutos y JaVale McGee 13. En segunda ronda, contra los Rockets, ambos prácticamente desaparecieron. En las finales del Oeste, con los Nuggets como rival, Howard tuvo 20,2 minutos y McGee 7. En las Finales, con los Heat delante, Howard dispuso de 11,8 y McGee ni saltó a pista.

¿Qué queremos decir con la anterior secuencia? Pues que la puerta se irá abriendo y cerrando según el escenario que se le presente a los Lakers. Esta es igualmente la explicación más sencilla de la llegada de Drummond. Si algo definió a los de Vogel la pasada campaña fue su capacidad de adaptación a todos los estilos de juego, y justo eso es lo que aparece con Drummond. ¿Quieres ceñirte a tener un elemento bajo el aro? Ahí está Drummond. ¿Prefieres abrir la pista y vaciar la pintura? Ahí está Gasol.

Adivinar a estas alturas cómo será el reparto es imposible más allá de saber que a Drummond se le ha prometido ser titular. Desde ese punto de partida claro está que la situación de Marc está muy lejos de ser idónea, pero de igual modo puede llegar el momento en el que los partidos (el rival) demanden algo distinto. Los minutos podrían llegar, pero el aspecto mental también jugará un papel importante. ¿Está preparado el center español para ser un jugador de momentos? Lo desconocemos. En su lenguaje siempre ha dejado claro que para sentirse bien necesita aportar con regularidad y saber que cuentan con él. ¿Jugar un día sí y tres no? No sabemos cómo responderá.

Su aportación real

Hora de echar un ojo a los números. ¿Qué aporta Marc a los Lakers? ¿Es prescindible? ¿Jugarán mejor sin él? Empecemos por la defensa.

Mucho se ha hablado de que el español no está al nivel físico de los pívots del pasado curso (Howard y McGee) y que ello llevaría a una merma defensiva de los Lakers. Error. A estas alturas de temporada los de oro y púrpura son la mejor defensa de la NBA al encajar 105,4 puntos por cada 100 posesiones; es decir, están mejor que la campaña pasada, cuando terminaron terceros en tal clasificación con 106,1 puntos encajados por cada 100 posesiones. Bien, aún hay quien podrá decir que esto no es por Marc, y justo por ello vamos a poner el acento en qué está haciendo a título individual.

Si bien sabemos que cuenta con 35 años y que lógicamente su físico no es el de hace 10, ello no le está impidiendo estar en el mejor ratio de su carrera en tapones por minuto al conseguir 1,2 por partido jugando 19,7 minutos. Comparándolo con la campaña pasada, Dwight Howard se quedaba en 1,1 en 18,9 minutos y JaVale McGee estaba en 1,4 en 17. Sí, la diferencia está siendo escasa.

La defensa de Marc quizás no sea espectacular, pero sí eficiente. En la pintura, en lo que son lanzamientos dentro de la misma dejando de lado los mates y bandejas, permite únicamente un 32,6 por ciento de acierto en los rivales, o lo que es lo mismo, una canasta por cada 3,2 tiros; tal estadística le sitúa como el mejor entre los titulares del equipo e igualado a Talen Horton-Tucker entre los que tienen peso en la rotación. Y vamos más allá. En la media distancia, entre 4,5 y 6 metros hasta el aro, solo deja que los rivales acierten un 35,3 por ciento de sus tiros. Aquí ni le igualan. Es el mejor. ¿Quiere decir esto que la buena defensa depende solo de él? No, pero sí que pone un importante granito de arena para que así sea.

Pasamos al ataque. Sus 4,8 puntos por partido con un 40,5 por ciento en tiros de campo no parecen augurar nada positivo. Marc está en el peor porcentaje de su carrera y sin duda necesita ser más efectivo en las cercanías al aro, pero una vez más su empuje pasa por encima del primer dato que salta a la vista.

Si hay algo que define a Marc es su IQ. LeBron ha alabado cómo entiende el juego y los números responden justo a eso. Ver al de Sant Boi repartiendo pases a sus compañeros desde el poste alto y siendo el precursor de muchas jugadas está lejos de ser una sorpresa; tanto es así que nos encontramos con que es el quinto mejor del equipo en el ratio de asistencias por pérdida. Para ser exactos, por cada balón que pierde da cuatro pases de canasta. Contribuye en la circulación del balón, pero también lo hace abriendo la pista en el pick & pop, y es que está en un 34,7 por ciento en triples, algo que no pasaría de ser un sueño para los Howard, McGee o ahora Drummond. Y ojo, su porcentaje es mejor que el que tienen jugadores con ‘mejor tiro’ como Dennis Schroder o Markieff Morris. Ni tan mal. Un ejemplo de lo que puede hacer.

Halagos de Vogel

Así es. Una cosa es que el papel de Marc caiga en un segundo plano y otra distinta que no se valore lo que hace. Como es lógico, Frank Vogel ha sido preguntado por la situación del center. El head coach no tiene mas que buenas palabras para su jugador, pero escuchándole es imposible no hacerse una pregunta: ¿entonces es necesario Drummond? Juzgad vosotros.

«Marc es una de las grandes razones por las que somos la mejor defensa de la liga. Su mente ejerce como director de toda nuestra defensa y nos aporta tamaño con las manos tan grandes que tiene. Ha sido gran responsable de nuestro rendimiento en ese lado del campo». Y continúa con el apartado ofensivo. «En ataque encaja realmente bien. Creo que dominó el partido el otro día sin necesidad de anotar (contra Sacramento) y esa es una de las razones por las que le firmamos. Es uno de esos jugadores que puede impactar sin tener que anotar y es algo que hemos visto de él durante toda la temporada. Todo lo ocurrido ahora (sus declaraciones) habla del tipo de carácter de un jugador pasional que quiere salir ahí fuera y competir».

Claro está que Vogel no iba a salir ante los medios para poner en relieve las carencias del jugador español, pero de ahí a trazar un boceto en el que todo es perfecto hay un trecho. Las palabras de Vogel recalcan las cualidades de Marc –conocidas por todos–, y son estas mismas las que hacen complicado asimilar –más para él– que su rol a partir de ahora sea el de jugador de momentos (repetimos).

Una salida descartada… ¿por él?

Marc renunció a opciones más jugosas en lo económico para firmar con los Lakers. Hablamos de dejar pasar ofertas que rondaban los 11 millones anuales para unirse a los angelinos por dos años y 5 millones de dólares totales. Sabía lo que hacía. Iba al destino soñado a pelear por otro anillo con el mejor jugador de la última década. A grandes rasgos la historia es la misma, pero el contenido ha cambiado. Tal es la diferencia que Brian Windhorst de ESPN señala que Marc podría querer salir de los Lakers, un rumor que se uniría a la sensación entre los ejecutivos de la liga de que un buyout es posible.

No se puede descartar nada, pero verle cambiar de equipo se antoja muy complicado. Las palabras de compañeros y entrenador hacen ver que sigue formando parte del plan de los Lakers, pero más allá de eso, podría ser el propio Marc quien no viese con buenos ojos una salida inmediata. Dejando de lado el tema deportivo, el mediado de los Gasol se encuentra instalado con toda su familia en Los Ángeles, por lo que trasladarse él solo o mover a su esposa e hijos a otra ciudad no apunta tampoco a ser un escenario idóneo.

En cualquier caso saldremos de dudas en breve. La fecha límite para que un equipo despida a un jugador y este pueda firmar con otro es el 9 de abril esta temporada, por lo que restan únicamente tres días para que se tome una determinación. Si los Lakers no han optado ya por ese camino, difícil será que ocurra en las siguientes 72 horas.

¿Y la próxima temporada?

Esta es otra historia. Dando por hecho que acabe esta campaña con los Lakers, lo que ocurra en la 2021-22 depende de varios factores. El primero atañe a lo que suceda en las próximas semanas. Si Marc se siente útil en el equipo (aun siendo suplente) es posible que vea con buenos ojos permanecer en la disciplina angelina, con la cual tiene contrato garantizado para la 2021-22 por 2.7 millones de dólares. Pero de igual modo puede sentirse dolido por la llegada de Drummond y pensar que una vez acabe este curso llegará la hora de un nuevo camino. ¿Jugar en el Barcelona con su hermano? ¿Iniciar otra carrera por el anillo en una franquicia diferente? Las opciones estarán sobre la mesa, pero indudablemente es pronto para realizar un análisis acertado. Por ahora toca ver qué papel le aguarda en unos Lakers que han convertido su aventura en un incierto presente bajo las estrellas.

(Fotografía de John McCoy/Getty Images)


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