Seguramente, pocas temporadas en los últimos jirones de calendario dieron con candidatos tan solventes a mejor jugador de ejercicio. Nunca en últimas fechas el galardón estuvo tan abierto, además de existir tantos candidatos firmando méritos para ser el individuo mejor recordado. Descartado Kevin Durant por su reciente visita a boxes, quedan James Harden, Russell Westbrook, LeBron James, Kawhi Leonard y, quizá un piso más abajo, Isaiah Thomas como futuribles agraciados. De entre ellos, ninguna designación sería injusta; sí discutible. Así que vamos con el vuelo de argumentos para unos y otros.
Desde el mismo mes de octubre, Russell Westbrook y James Harden parecían encerrados en un póker sin faroles por el MVP 2016-17. Poca cabida para terceros competidores, que eran pasto de los triples-dobles del base de OKC y la optimización directiva que Harden ha implantado en su juego.
El escolta de Houston Rockets sigue encerando la lanzadera de triples que representa su equipo y también es quien más asistencias da en toda la liga. Su salto en esta faceta es influyente (de 7,5 pases de canasta el curso pasado a 11,3). Además, sus Rockets siguen terceros en la Conferencia Oeste y no serán plato de buen digerir para ningún cabeza de serie en una hipotética semifinal de conferencia.
Westbrook, por su parte, ha lucido más en la guerra en solitario. Sus parámetros son de otro tiempo, concretamente de cuando jugaba Oscar Robertson (décadas 60 y 70). No hace jugar tanto a sus gregarios pero su pasión, insurrección y obcecación ganadora son de la clase de pedigrí más alto de la historia. Su entrega es sobrecogedora.
Pero la lucha ya no es biplaza. Últimamente, tres jugadores más han ido destapando las cartas correctas para colarse en el reservado de ambos. LeBron James, Kawhi Leonard e Isaiah Thomas también quieren un escrutinio favorable en abril. Y siendo éste siempre un coloquio subjetivo, utilizaremos un método particular para intentar indagar más sobre ello. En cada uno de los casos, de las candidaturas, formularemos dos preguntas: ¿Por qué debe ser MVP? Y ¿por qué no debe serlo?
Quizá con este formato con respuestas concretas y cerradas podamos dar con algo más de luz sobre el asunto. Allá vamos.
Harden
¿POR QUÉ DEBE SER MVP? Es el máximo asistente de la NBA, tercero en puntos por partido, cuarto en PER… Aunque más allá de baremos, lo que alimenta su candidatura es su ascenso a capitán de juego, director, base, anotador, contemporizador… Hace funcionar a su equipo e involucra a cada uno de sus compañeros. Eso es lo que ha llevado a Houston a un récord de 44-20. El gran aval de Harden es que ha hecho pasar por el taller (el que él mismo quería) a toda su franquicia y han salido como Ferraris. Todo su equipo.
¿POR QUÉ NO DEBE SERLO? Casi como en el resto de casos, la única razón coherente de descrédito sería coronar a otro jugador. En este caso, se podría considerar que Westbrook ha hecho una temporada para la historia, que LeBron y Kawhi blandieron mejores récords colectivos… Aunque si se puede poner un pero personal al escolta de Rockets es que todos sus rivales —excepto Isaiah— son mejores en el concepto all around.
Westbrook
¿POR QUÉ DEBE SER MVP? El baloncesto no es cuestión de manuales matemáticos, sin embargo los detractores de la ciencia tienen que agachar las orejas ante la temporada de Russell Wesbrook. El base de OKC podría firmar un hito histórico como es promediar un triples doble de 30 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias. Un anacronismo digno de épocas pasadas donde jugadores — o gigantes— podían hacer 100 puntos en una sola noche. Además del speech de historia, Westbrook es líder en puntos, PER, tercero en asistencias… La bestia que nunca se rinde.
¿POR QUÉ NO DEBE SERLO? Precisamente por el motivo por el que sí deberían serlo sus competidores. En la superación personal de Westbrook existe un perjuicio hacia el juego en equipo y el sistema con sus compañeros. Tampoco le ayuda que los Thunder sean ahora mismo séptimos del Oeste (35-29).
Kawhi
¿POR QUÉ DEBE SER MVP? Candidatura express. Hasta hace dos días, la actualidad NBA no recordaba lo avanzada que era la opción Kawhi Leonard, pero un triple y otro señor tapón precisamente a Harden nos hicieron recobrar a todos las pegatinas con su nombre. Compite con LeBron en cuanto a mejor formato two way player. Siempre decisivo allá donde sus desorbitadas manos le conduzcan. Prueba de su temporada gigante es que Kawhi posee el segundo mejor PER de toda la liga o que no había anotado tanto en su carrera (21,2 tantos el pasado curso y 26,3 éste).
¿POR QUÉ NO DEBE SERLO? Sencillamente, porque los números de Harden y Westbrook son más vistosos o porque LeBron lleva un paso más allá las terapias de grupo en los Cavaliers.
LeBron
¿POR QUÉ DEBE SER MVP? LeBron James es y será el mejor jugador de la competición. Puede encontrar levantamientos en años puntuales pero él siempre podrá ser considerado el mejor. Por simplificar argumentos, si hoy James fichara por Brooklyn Nets —peor equipo en la actualidad— y la temporada partiera de cero, el equipo neoyorquino sería candidato a las Finales. Poco más que añadir además de que sin él, la mejor plantilla de la liga se resquebraja por todas partes.
¿POR QUÉ NO DEBE SERLO? Por premiar las irrepetibles cruzadas de dos jugadores que están haciendo historia con números y actuaciones novelescas. O, bien, otro motivo llegaría si Kawhi continúa como en la última semana hasta final de temporada.
Isaiah
¿POR QUÉ DEBE SER MVP? Quizá es el integrante que menos opciones tendrá de ser MVP 2016-17. Su temporada en Boston Celtics es carne de proyección en las escuelas infantiles pero aun así la sensación de todos es que a Thomas no le da para pelear con los otros cuatro sementales. En cualquier caso, es la estrella incipiente del segundo mejor equipo del Este y es el mejor jugador clutch de la temporada.
¿POR QUÉ NO DEBE SERLO? También por ahorrar tinta, porque el resto estén por encima de él en estadísticas e impacto global —defensa e involucrar a todos también se premia—.
Expuestos los méritos y recelos de todos los candidatos, en este último párrafo incidimos en el concepto de que dos de los tres jugadores citados quedarán fuera del podio por el MVP. Se impartirá justicia, pero el MVP 2016-17 será uno de los más inexactos de los últimos años. Será la temporada de la injusticia.