El maldito 1+1 de Kevin Durant

Ayer no le quise dar importancia al choque de trenes entre Draymond Green y Kevin Durant. Pensé, como seguro os pasó a muchos de vosotros, que se trataba de un enfado puntual por una decisión cuestionable y que no iría a más. Y menos en los Warriors. Con lo que une ganar…

Pues bien, o yo me equivoqué (seguro…) o las cosas se han sacado de quicio. Puede que de todo un poco. Pero la realidad es que existe un problema. Y no me refiero al intercambio entre Green y Durant, sino al contrato del ’35’, el famoso contrato ‘a lo LeBron’ (1+1) que firmó en verano el MVP de las últimas dos finales de la NBA.

«No afecta en nada. Nadie jamás ha hablado de la agencia libre. No nos preocupa a ninguno», decía ayer Steve Kerr. ¿Vosotros os lo creéis? Igual no le importa demasiado al propio Kerr. Igual ni siquiera a algunos de los jugadores… ¿Para la franquicia? Para la franquicia es capital.

El 1+1 es un tipo de acuerdo perfecto para los elegidos, jugadores que se pueden permitir cualquier cosa, incluso cualquier lesión, sin que eso afecte drásticamente a su cartel en la Liga. Y es, sobre todo, una carta de libertad continua. O lo que es lo mismo: oro.

La mayoría de los jugadores de la competición entran en la agencia libre con opciones reales de decidir dónde y con quién quieren jugar una o dos veces en sus carreras. Como máximo… Para ellos, en una Liga en la que los traspasos entre franquicias te pueden cambiar la vida de un día para otro (que se lo digan a Robert Covington, que firmó hasta 2022 con los Sixers y ahora está atado en Minnesota) son situaciones únicas y de valor incalculable.

Los elegidos, la gran élite de la Liga (muy, muy pocos), pueden arriesgar con este tipo de contratos en lugar de buscar la seguridad laboral y económica. Porque pueden… LeBron patentó este tipo de acuerdo en su segunda etapa en Cleveland (con los Lakers y a los 33 años ha decidido asegurar, firmar a largo plazo) y, desde su llegada a los Warriors, Durant ha seguido sus pasos. Y el acuerdo está empezando a dar coletazos…

El problema reside, además, en la importancia que tiene este verano para la franquicia de la Bahía. No es un año cualquiera. La mudanza a San Francisco, la inversión faraónica en el nuevo proyecto y el esperado impacto en la Liga están ahí, presentes. Y, claro, una mudanza sin Kevin…

Ayer, tras el cara a cara Draymond-Durant sobre el parqué y los gritos que acompañaron a ambos hasta vestuarios, los Warriors decidieron mediar. Ya veremos si para bien o para mal (por lo visto hasta ahora, apuesto por lo segundo). Draymond Green fue suspendido por su propio equipo para el partido que enfrentaba hoy a los campeones y a los Atlanta Hawks por actuar “de forma perjudicial para la organización”. Una decisión que ha evitado que se pudiera repetir la situación, explotando con todo el mundo del baloncesto pendiente. Todas las miradas apuntaban hoy a Oakland. Pero fuera de las cámaras… Fuera de las cámaras debe haber sido una patada muy mal recibida por el propio Green.

Durant jugó y los Warriors ganaron. Pero eso no le interesaba a nadie. Después salió a rueda de prensa y le llovieron las preguntas sobre Green. En sus respuestas, tensión… Tensión real. No parece cosa de dos días. Y a él ni siquiera le ha tocado la peor parte…

En definitiva, la situación parece mucho más fea de lo que podíamos pensar. Dos personalidades fuertes, una decisión cuestionable, una bronca tremenda que siguió en los vestuarios, una sanción que puede dar que hablar y, en el centro de todo, una mudanza millonaria (tirando por lo bajo) y un maldito 1+1. Estaremos atentos. Por lo que pueda pasar.


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