El problema de Luka y KP

Conclusiones del pasado arrastradas al presente.

He visto muchos partidos fantásticos de Luka Doncic. Y otros tantos, más si cabe por sus inicios neoyorquinos (dos años y medio de esperanza en la Gran Manzana), de Kristaps Porzingis. El de ayer, en Denver, muy a mi pesar y aunque acabó en victoria de la franquicia texana, no pasará a la historia para ninguno de los dos.

Tras el triunfo en Colorado, los nuevos e ilusionantes Mavericks se sitúan con un gran 3-1. Un 3-1 que tira más hacia el 4-0 (Portland se escapó) que hacia el 2-2, con muy buenas sensaciones de sus dos primeras espadas en los tres primeros partidos (increíbles en el caso de Porzingis, que llevaba 20 meses sin jugar un partido oficial) y un capote tremendo de sus jugadores de rol para ganar a los Nuggets en el cuarto. En fin, todo va bien en Dallas.

Pues bien, aun así, con el viento completamente a favor para los de Carlisle, llevaba desde el segundo partido con ganas de escribir sobre un defecto que comparten sus dos estrellas y que se puede identificar ya, tras solo cuatro encuentros, como un posible problema importante en el futuro: la selección de tiro.

¿Y por qué se puede identificar como un posible problema importante tras solo cuatro partidos disputados? ¿No es demasiado pronto para sacar conclusiones? Por supuesto que lo es. Pero es que no se trata de una conclusión basada en estos cuatro partidos. Es una conclusión del pasado, recuperada ahora tras cuatro partidos.

Desde Nueva York y el talento cinco estrellas

Me acuerdo de repetirlo una y otra vez en conversaciones mañaneras con Juanma Rubio (mi exjefe en el As y un gran amigo) durante la etapa neoyorquina de Porzingis: no encuentra sus sitios ideales en la cancha, le falta paciencia para buscar la posición correcta de recepción antes de recibir el balón y eso tiene un impacto directo en la selección de tiro.

Tampoco era fácil adivinar hasta qué punto podía ser culpa del propio Porzingis y hasta qué otro había que exigir más a sus excompañeros y a su exentrenador. Imagino que un poco de todo, como casi siempre. Además, hablábamos de Nueva York…

Pero el problema continúa en Dallas. Y es un problema que comparte, aunque por diferentes circunstancias, con Luka Doncic. Aquí sobra paciencia y es más una cuestión de velocidad de movimiento, mecánica y toma de decisiones.

El nivel de talento de ambos es tan exageradamente alto que se saben capaces de anotar prácticamente cualquier tiro desde prácticamente cualquier sitio y ante prácticamente cualquier rival. Y eso, que es una realidad y un lujo, si no se trata con el mimo necesario, se puede convertir en un problema. Que puedas anotar desde ocho metros con un defensor en la cara no quiere decir que ese tiro, aunque gane partidos en momentos decisivos, sea un buen tiro para una posesión cualquiera de tu equipo. ¿Me explico?

Porzingis, desde sus 2,20, se mueve entre el 43% y el 44% de acierto en los tiros en su carrera (está en 42,9 esta temporada tras el partido de ayer). Números que, teniendo en cuenta su evidente superioridad física (puede tirar por encima de cualquiera) y su fantástica mecánica, están directamente relacionados con una selección de tiro que tiene mucho margen de mejora.

Y el caso de Doncic es parecido: la temporada pasada lanzó con un 42,7% de acierto y un 32% en los triples. Y este año ha empezado en números similares e incluso algo peor en los triples. Está abusando del step-back marca de la casa, que no está entrando y que es un tiro de una dificultad altísima hasta para él (seguramente les costó el partido de Portland), y le está costando encontrar buenas posiciones de tiro en general ante los mejores defensores rivales (tampoco tiene a su disposición los mejores bloqueos, que puede ser otro problema para su habitual forma de generar lanzamientos, aunque el regreso de Powell debería ayudar).

Mejorar es parte del camino

Es más que probable que en ambos casos sea cuestión de madurez baloncestística. Y parece que Doncic sigue aprendiendo y mejorando a su velocidad habitual: ayer, tras un partido horrible en Denver y con lo de Portland en la mochila, ha medido tiempo y espacios y ha entrado hasta la cocina para anotar una canasta decisiva en los segundos finales. Es un jugador grande, fuerte y que domina los espacios como muy pocos en la liga, por lo que lo normal es que entre su talento y los posibles contactos, penetrar sea siempre una gran opción para Luka. Y más si tenemos en cuenta que detrás puede venir Porzingis, como trailer o tirador liberado en pick&pop si hay ayudas sobre el esloveno.

En fin, que va todo viento en popa en Dallas. Y que yo soy un cascarrabias. Pero, como dijo en su día Kevin Durant y repetía hace bien poco Ricky Rubio, incluso el talento del más alto nivel tiene que trabajar y mejorar sin parar para llegar a lo más alto.

¿Os imagináis a Porzingis y a Luka rondando el 50% de acierto? Ou Mamma.


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