New York, ¿hay alguien al volante?

Quien olvida su pasado está condenado a repetirlo. ¿Están volviendo los New York Knicks a las andadas?

Foto del autor

Por David Sánchez

Publicado el

Desde que Leon Rose llegó a las oficinas de la franquicia en marzo de 2020, el seguidor habitual de la liga y de los New York Knicks en particular ha aprendido a fiarse de lo que se hace en los despachos. James Dolan, propietario metomentodo desde finales de la última década del siglo pasado, parecía haber comprendido al fin que la grandilocuencia rara vez es compañera del éxito. Vísteme despacio que llevo prisa. Y poner a Leon Rose al frente de las operaciones deportivas, suponía otorgarle las riendas por completo. No hay otra forma de convencer a un agente cuya cartera de representados en CAA no atisbaba horizonte.

Esos contactos han marcado el camino a seguir de los Knicks en el último lustro. Al fin y al cabo el primer movimiento de Rose fue llevar al banquillo al que había sido su cliente los últimos 20 años: Tom Thibodeau. ¿Jalen Brunson? CAA. ¿Josh Hart? CAA. ¿O.G. Anunoby? Cambió a CAA justo antes de fichar por New York. ¿Karl-Anthony Towns? CAA. Veis el patrón, ¿no?

Fin al caos

Ahora bien, a pesar de esa inercia que marcaban las relaciones tejidas por el gerente en su anterior carrera, cada movimiento denotaba una pátina de paciencia y meditación que la franquicia no conocía en tiempos recientes. El plan de Dolan siempre fue comenzar a construir la casa por el tejado. Incluso el mejor equipo de su periplo anterior, aquel de 2013 con Carmelo Anthony a la cabeza, se edificó en torno a un traspaso desquiciado que vació de recursos la plantilla y atrasó demasiado su techo de competición. Todo por no esperar a una agencia libre de 2011 donde hubiesen tenido que pelearse por Melo.

Desde entonces en adelante, no había estrella que pareciese salir al mercado que no recibiese el cortejo de los Knicks. Daba igual si encajaba o no con el momento del proyecto o si su talento era realmente diferencial. Todas estaban en el radar de los de New York. Kevin Durant (varias veces), Kawhi Leonard, Paul George, Donovan Mitchell (varias veces), Kyrie Irving, LeBron James, DeMar Derozan… Siempre acabaron con las manos vacías y sin un plan B.

A Rose se le puso a tiro Mitchell en el verano de 2022. La información del momento apuntaba a los Knicks como el máximo favorito a hacerse con el escolta entonces de los Utah Jazz. Sin embargo, el directivo no cayó en las peticiones de Danny Ainge, creyendo que lo que iban a comenzar a construir con Brunson necesitaba retener varios de los recursos que le pedían en el traspaso. Mitchell se marchó a Cleveland y su impacto ha sido el de una superestrella para la franquicia. Similar al que Brunson supuso en los Knicks y que permitió poder ir haciendo movimientos menores como el de Hart, Anunoby, Hartenstein o Donte DiVincenzo; que elervaron aprisa el techo del proyecto. Alcanzada la madurez, echar el resto por Bridges y Towns no parecía fuera de la hoja de ruta.

Por todo ello, prescindir de Thibodeau tiene cierta base. El de los Knicks es uno de los banquillos más exigentes de la liga. El Madison, la expectación, la presión mediática. Puerta grande o enfermería. Y Thibs fue de los que cayó de pie desde el inicio. Conocía la franquicia desde su estancia como asistente de Jeff Van Gundy en los 90 y era su sueño dirigir a los de la Gran Manzana. Lo reafirmó con resultados: 4 de 5 temporadas clasificados a playoffs, 3 semifinales de conferencia y unas finales del Este. Desde la salida de Van Gundy en 2001, los Knicks sumaban cuatro, una y cero respectivamente.

Pese a ello, había razones para dudar de Thibodeau como el entrenador adecuado para asaltar el campeonato. Su poca flexibilidad (matizada en estos playoffs y en la temporada en general), su falta de creatividad para crear sistemas ofensivos, el desgaste al que somete a sus jugadores y su dudosa gestión cuando el partido aprieta (el cara a cara con Rick Carlisle fue por momentos sangrante) son argumentos válidos. Rose es el encargado de hacer pesar más esos defectos que las impagables bondades que ha aportado al equipo en las cinco temporadas que ha estado al mando.

Los Knicks coleccionan negativas

Lo visto es poco halagüeño. En la semana y poco de vacante en el banquillo de los Knicks, la organización ha corrido a enviar permisos a diestro y siniestro para entrevistar a entrenadores con trabajo. No asistentes, como suele ser la norma en tiempos recientes alrededor de la NBA. A entrenadores jefe. Y la selección es tan variopinta como la que conforman Jason Kidd, Ime Udoka, Chris Finch y Quin Snyder. Perfiles totalmente diferenciados entre sí.

Kidd es un players coach y tiene una gran relación con Brunson. Udoka es un sargento de corte defensivo similar a Thibodeau. Snyder un genio táctico de énfasis ofensivo. Finch un técnico de liderazgo blando principalmente inclinado a la defensa. Para sorpresa de nadie, ni Mavs, ni Rockets, ni Hawks, ni Timberwolves han dado luz verde a la petición de entrevista.

En el apartado de la plantilla no está siendo demasiado distinto. En este mercado de verano hay una máxima: si Giannis Antetokounmpo está disponible, hay que llamar a la puerta de los Milwaukee Bucks. Seas quien seas. Ahora bien, que el despecho del griego lleve a hacerle ojitos a Durant no es excusable en todos los casos. Sobre todo en un conjunto donde las alas son la única posición hinchada y necesita rearmar su defensa. KD sigue siendo un defensor potable, pero los fracasos recientes de sus equipos han llegado en parte por exigirle demasiado a ese lado de la cancha.

Todo este argumentario no supone negar el credo en Leon Rose. Las decisiones, más allá del despido de Thibodeau, no están tomadas. Mucho menos puestas a prueba. Sin embargo, dado el pasado no tan lejano de los Knicks y sabiendo que fue Dolan el principal promotor del cese del técnico, resulta inevitable anticipar, aunque sea levemente, en el descabezamiento de una franquicia tendente al caos. New York no se puede permitir un tropiezo en su cima deportiva del siglo, pero está comprando muchas papeletas.

(Fotografía de portada de Brad Penner-Imagn Images)

TE PUEDE INTERESAR