Kobe y el trabajo aún invisible de Kokoskov

El título de hoy puede llevar a engaño. No voy a hablar del pasado y, como todos sabéis, Kobe Bryant está cómodamente retirado y metido de lleno en el mundo de los negocios. Pero su espíritu, su clase y, sobre todo, su lanzamiento en suspensión, aparecen de vez en cuando en Arizona.

Es increíble. Un viaje en el tiempo en cuestión de segundos. Y solo me pasa con Devin Booker. Bota, mide a su rival, da un par de pasos, se levanta y… No sé vosotros, pero yo veo a Kobe… Cada vez.

Ese instinto para saber cómo y cuándo levantarse, esa confianza en los finales igualados, movimientos calcados… Booker es un auténtico killer, pero en mis ojos fue Kobe el que ganó el partido.

Además de poner sobre la mesa la comparación kobebryantesca que rebota cuatro/cinco veces al año en mi cabeza, quería aprovechar para hablar un poco de los Suns y de los pasos hacia delante igual poco visibles que ha dado en este arranque de temporada el proyecto de Kokoskov.

Están cambiando cosas…

Antes de batir ayer a los Grizzlies, los Suns acumulaban siete derrotas consecutivas (cuatro sin Booker sobre la cancha). Y la realidad es que siguen siendo uno de los peores equipos de la NBA tanto en eficiencia ofensiva como en eficiencia defensiva (el año pasado fueron el peor en ambos lados de la cancha). Sin embargo, y aunque no se vea de pasada, Kokoskov ya ha cambiado el ataque de los Suns, está cuidando la rotación, desarrollando a los jóvenes y los frutos llegarán.

El técnico llegó con la idea de dinamizar el ataque, quería más movimiento de cuerpos y más movimiento de balón para un equipo que abusaba exageradamente del ataque estático. Y, aunque no se esté traduciendo todavía en victorias, los Suns ya han dado los primeros grandes pasos: son el equipo que más pasa el balón de toda la NBA (nadie pasó tanto tampoco la temporada pasada) y uno de los cinco equipos más rápidos en la toma de decisiones (2,76 segundos de media con el balón en las manos). Dos triunfos clave de Kokoskov.

Recibir, pasar, cortar, lanzar… El énfasis no está en atacar rápido, sino en la velocidad, en la rapidez mental y corporal dentro del propio ataque.

Todavía cuesta que entren los tiros y faltan automatismos (los jóvenes pasan más tiempo pensando en lo que tienen que hacer que jugando), pero el nuevo nivel de movimiento ha elevado al equipo hasta la media tabla en la clasificación de asistencias (penúltimos la temporada pasada) y la evolución debería continuar cuando los automatismos se instalen definitivamente y permitan a los chavales jugar con frescura ya dentro del nuevo sistema. Vienen tiempos mejores en Phoenix.

Y solo una cosa más antes de irme: estoy realmente sorprendido con la actitud de DeAndre Ayton. Un número uno del draft que no piensa en los números, no fuerza lanzamientos, toma grandes decisiones con el balón en las manos (ojo a la evolución de sus asistencias durante la temporada) y que, en definitiva, solo parece preocupado por aprender. Gran alumno para un profesor que, como digo, está cambiando más de lo que podría parecer.


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