Un 10 para el lema de Ricky Rubio

«Never too high, never too low» se ha convertido en el motto (lema) de Ricky Rubio. El base de los Utah Jazz utiliza constantemente la frase en sus redes sociales. Y el significado es muy claro: nunca demasiado arriba, pero tampoco demasiado abajo. Es un canto a la constancia, a la estabilidad mental. Mantener los pies en el suelo en los grandes momentos y la confianza en uno mismo cuando llegan mal dadas. Y yo diría que está surtiendo efecto.

Desde que llegó a la NBA, Ricky ha sido uno de los jugadores con críticas menos estables que recuerdo. Atacado con dureza por sus porcentajes de tiro; alabado hasta la saciedad por su magia. Y así en bucle. Hasta que salió de Minnesota por la puerta de atrás. Y, entonces, cuando el mundo pensó que se caía, bang. Golpe encima de la mesa con la que fue la mejor temporada de largo de su carrera en la Liga. Y sus primeros playoffs.

La lucha interna contra las emociones, los titulares, las narrativas… De eso va su actual lema. De sobreponerse a esos vaivenes casi obligatorios para un deportista en la actualidad, más expuesto a las corrientes que en cualquier otra época. De eliminar de la ecuación el microscopio. De ser siempre la misma versión de ti mismo. Y confiar en ella.

El mejor Ricky es el mismo Ricky

Ricky lleva en esto desde los 14 años, y parece que en el último año y medio (acaba de cumplir 28) ha encontrado su camino ganador. Puede estar mejor o peor, llevar una mala racha o venir del mejor partido de su carrera (es un jugador, además, muy dado a los vaivenes estadísticos). Pero el resultado al día siguiente es el mismo Ricky Rubio. No sé si se entiende. Ahora me explico.

Escribo hoy sobre este tema porque ayer vimos un ejemplo perfecto en Sacramento. Los Jazz llegaban en una situación más que delicada, quizás su peor momento de la temporada. Cinco derrotas en los últimos seis partidos y sin Donovan Mitchell (fuerte golpe en las costillas), su máximo anotador.

Venían de perder un encuentro durísimo en Los Ángeles. Durísimo por el resultado y las formas. Durísimo mentalmente por la falta de frescura ofensiva. Y durísimo en particular para un Ricky que se quedó en siete puntos y falló (errores de los feos…) casi todo lo que lanzó.

Y aquí aparece el «never too high, never too low«. Ricky sale al parque con la confianza intacta, sabiendo que, sin Donovan a su lado, su equipo va a necesitar más tiros, más puntos y, en general, mucha más agresividad ofensiva por su parte. Luego tiene la suerte, si lo queréis llamar así, de que ayer le entra todo en la primer parte (23 de sus 27 puntos, impresionante en el tiro). Pero es que no voy ahí…

Aunque me alegro del acierto, éste viene y se va. Y más en el caso de Ricky. Lo que aplaudo de verdad es el enfoque, la propuesta. El secreto está en su cabeza, en su lema. Y el 10 también.

Mucho que trabajar en Utah

Tras su buen triunfo en Sacramento, los Jazz vuelven esta noche a su casa para recibir a los peligrosos Pacers. Y tienen muchísimo que mejorar: están entre los 10 peores equipos en ataque y han perdido su sitio entre las mejores defensas (encajan casi 10 puntos por partido más que la temporada pasada). Y el primer paso hacia delante lo tienen que dar urgentemente en su propia casa (2-5 en los primeros siete).

No sabemos qué Utah Jazz veremos en la noche del lunes. Lo que si sabemos es cuál será la propuesta de Ricky Rubio. Never too high, never too low.

(Fotografía de portada de Gene Sweeney Jr./Getty Images)


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