Previa de la temporada NBA 2022-23: sobre New Orleans Pelicans. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.
New Orleans Pelicans
- Balance 21-22: 36-46 (9º del Oeste, playoffs a través del play-in)
- Entrenador: Willie Green.
- Agentes libres más importantes en 2023: Larry Nance Jr. y Jaxson Hayes.
- Historia: Los jugadores más importantes de la historia de New Orleans Pelicans.
La plantilla
- Movimientos en el mercado: renovación de Zion Williamson.
- Backcourt: C.J. McCollum, Devonte’ Graham, Jose Alvarado, Dyson Daniels, Garret Temple y Kira Lewis Jr.
- Frontcourt: Brandon Ingram, Zion Williamson, Jonas Valanciunas, Larry Nance Jr., Trey Murphy III, Herb Jones, Jaxson Hayes, Naji Marshall y Willy Hernangómez.
Así encaran la temporada
Los New Orleans Pelicans son el primer ejemplo de cómo el play-in puede cambiar el destino inmediato de un equipo. Desde que existe el susodicho torneo de acceso, algunas franquicias han intentado agarrarse a sus faldas en las fechas cercanas al cierre de mercado para tratar de cambiar su suerte. Especialmente equipos que vivían en un letargo prolongado como los Bulls en 2021 o los Kings este pasado curso.
NOLA venía de protagonizar una primera mitad de temporada tremendamente decepcionante y marcada por cada retraso en la baja de Zion Williamson. Pero mediado marzo, vieron una oportunidad de mercado en la autodestrucción de los Blazers y decidieron echar el resto por C.J. McCollum. El escolta cayó de pie y rápido se erigió en el líder que el vestuario necesitaba para que redescubriésemos el jugadorazo que es Brandon Ingram, el impagable oficio de Jonas Valanciunas y las realidades que ya eran los jóvenes Herb Jones y Trey Murphy III.
Subidos a la ola de optimismo que se formó durante los últimos meses de liga regular, las noticias positivas no dejaron de acumularse. Fruto de ello la irrupción de Jose Alvarado y la recuperación de Larry Nance Jr. tras su agrio paso por Oregón. La primera ronda que disputan ante los Suns dejaba claro que aquí había material sobre el que construir. De ahí que el verano se haya limitado a mantener el núcleo intacto y sellar la extensión de Williamson.
Es justo ese último punto, el del regreso de Zion, el que hace más difícil el análisis con los Pelicans. No solo porque el equipo haya aprendido a competir sin él, sino porque es una completa incógnita qué versión veremos del joven prodigio o si gozará de una continuidad física aceptable.
Cuando Williamson jugó su último partido con los Pelicans lo hizo como base de facto. Partiendo con balón la mayoría de jugadas, elevando su volumen de creación y registrando datos de uso exorbitados. Lo cual llegó a poner en duda incluso la convivencia con Ingram, otro jugador que también necesita amasar pelota para desarrollar su juego. Antes de saber que no iba a poder contar con él, Willie Green sugirió como solución la práctica de un baloncesto coral que tratase de involucrar sinergias directas entre sus dos estrellas. Pero con la tercera pata que supone McCollum la cosa cambia.
Su coexistencia en pista debería llevar a Zion a zonas interiores que Valanciunas podrá deshabitar gracias a su renovado rango de tiro. Williamson no necesita de grandes espacios para ser diferencial porque su explosividad le permite casi estar en varios sitios a la vez. Pero gozar del oxígeno que le puede dar un sistema con cuatro jugadores capaces de amenazar con el tiro y dos generadores de juego como Ingram y McCollum deberían hacerle pensar en el bote solo como recurso ocasional y remitirle a su obvio lugar de dominancia. La zona y sus inmediaciones.
Aún con todo y con eso, será interesantísimo observar el comportamiento del equipo en secuencias de pick-and-roll, donde los perfiles con los que cuentan elevan las variantes hasta el infinito. Los bloqueos de los jugadores “pequeños” se han convertido en un recurso ilimitado para matizar sistemas ofensivos o lograr emparejamientos ventajosos. E imaginar el juego de pares que nacerá de las combinaciones entre Ingram, McCollum y Williamson siendo indiferentemente manejadores o bloqueadores hacen salivar a cualquiera.
Queda la duda de lo sostenible que sea esto a nivel defensivo, donde en principio Zion constituirá un punto débil que no existió en el último tramo de la temporada pasada. La solución puede pasar por jugar muchos minutos con Williamson como único interior y sumar músculo y agresividad defensiva a través de Jones, Alvarado, Murphy, Nance y compañía. Willie Green seguramente tenga que tomar riesgos a ese lado de la cancha para tapar a figuras como C.J. y Zion.
Los senderos del deporte de élite son inescrutables y el baloncesto no se juega sobre el papel. Pero la temporada pasada debería servir como suelo para un equipo que pinta a estar preparado para luchar por puestos de acceso directo a playoffs.
El jugador a seguir
Todo lo expuesto, claro, tiene el único y teórico asterisco de Zion Williamson. Ya no solo por lo comentado sobre la estructura de juego. Sino porque su reintroducción en la jerarquía de egos va a cambiar el comportamiento del vestuario con toda seguridad. Ya sea a mejor o a peor. Este último año la conducta de Zion ha sido noticia más veces de las deseadas. Las cuales alcanzaron su punto álgido con las duras palabras de J.J. Reddick en ESPN al poco de llegar McCollum. El propio C.J. logró templar las aguas y Williamson puso de su parte recuperando la cercanía con el equipo en lo que terminó siendo una firma de su extensión aparentemente amistosa. De partida, los Pelicans parecen afrontar la temporada con este asunto controlado. Pero esto puede variar si las cosas en pista comienzan a torcerse.
Zion tiene demasiados frentes abiertos como para no poner el foco sobre su figura por injusto que sea hacerlo con un jugador que lleva más de un año sin pisar una cancha NBA. Para empezar, tocará comprobar si su salud física le respeta y permite disputar la temporada con cierta normalidad. Lo cual también incide en observar hasta que punto sus lesiones afectarán al juego de un jugador que basa la práctica totalidad de su juego en ellas. No solo es un tema de adecuación al sistema, también de corroborar si los problemas físicos no merman sus capacidades.
Por último, Zion todavía tiene que demostrar que puede ser el líder de un equipo ganador. Obviamente esto solo sucederá si cumple el resto de requisitos mentados, pero aún queda por ver si la mejor versión del joven All-Star es compatible con la conformación de un gran equipo a su alrededor. Ya sea estando solo o acompañado en la cúspide del liderazgo. En su última temporada sano Williamson explotó a nivel numérico, pero Nueva Orleans ni siquiera fue capaz de clasificar para el play-in. A la larga, el talento supremo siempre se ha impuesto a estos debates que terminan siendo estériles vistos en retrospectiva. Pero en este caso es lícito plantear si las lesiones o el contexto que rodea a su regreso pueden hacer que el estatus del chico cambie drásticamente en esta temporada.
Zion llegó a la liga como un futuro miembro de su aristocracia y la facilidad con la que hace números corroboraron las expectativas. El simple hecho de seguir cada uno de sus pasos es fascinante en sí mismo por lo extremo de su perfil. Y el techo de los Pelicans, que ya han demostrado poder ser un conjunto ultracompetitivo, dependerá de si las miles de circunstancias que afectan al chico terminan cumpliendo las proyecciones que se han depositado sobre él.
Previa NBA 2022-23 New Orleans Pelicans, pronóstico
Elio Martínez, director de nbamaniacs, deja un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada en la previa NBA 2022-23.
Si Zion estuviese sano toda la temporada… Claro que hay mimbres para alcanzar las 50 victorias, pero no los veo ahí ni siquiera con 65 partidos jugados por Williamson. Pronóstico: 45 victorias y 15º de la NBA (lo cual no está mal, porque supone colocarlos octavos del Oeste).
Anterior equipo analizado: Washington Wizards. Próximo equipo: New York Knicks.
(Fotografía de portada de Sean Gardner/Getty Images)