Previa NBA 2022-23: San Antonio Spurs

Previa de la temporada NBA 2022-23 sobre San Antonio Spurs. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

San Antonio Spurs

La plantilla

  • Movimientos en el mercado: Salidas de Dejounte Murray, Lonnie Walker IV y Jock Landale; llegada de Gorgui Dieng.
  • Backcourt: Keldon Johnson, Joshua Primo, Devin Vassell, Josh Richardson, Romeo Langford, Blake Wesley, Malaki Branham, Tre Jones (no garantizado), Jordan Hall (two way).
  • Frontcourt: Jeremy Sochan, Doug McDermott, Zach Collins, Jock Landale, Isaiah Roby, Alize Johnson, Keita Bates-Diop (no garantizado), Zach Collins, Jakob Poeltl, Gorgui Dieng.

Así encaran la temporada

«No da. Si es que no da». Así comenzaba Elio Martínez su pronóstico de los Spurs hace cosa de un año. Y exactamente esa fue la sensación viéndolos durante toda la temporada pasada. Una acuciante falta de talento y mimbres generales que solo un terco Dejounte Murray, un siempre competitivo Gregg Popovich y cinco muy malos equipos de la Conferencia Oeste lograron llevar al play-in. Pero llegados allí, nunca lograron estar a la altura de los Pelicans, que acabarían colándose en playoffs y dando guerra a los Suns en primera ronda.

Fruto de esto, si lo visto en la offseason de 2021 sonaba a tanking y a equipo sin rumbo, este 2022 se ha decidido derruir desde los cimientos. Primero con la salida de Derrick White a Boston y ya en verano con la marcha de Dejounte Murray. Su único jugador con testado potencial All-Star y por el cual los Spurs han obtenido un botín de elecciones del draft sobre el que construir en temporadas venideras. Cuesta creer que con la plantilla actual sean capaces de seguir compitiendo por puestos de play-in y que únicamente el factor Popovich les lleve a ser mejores que cinco equipos en el Oeste. Aunque con el legendario técnico ya hay que creerse cualquier cosa.

Llevo un par de años esgrimiendo que quizás sea Pops la única barrera para el cambio de ciclo en San Antonio. La franquicia texana encadena ya dos o tres temporadas en las que el proceso de desahucio que vive le pide a gritos tocar fondo. Hacer borrón y cuenta nueva. Algo que se antoja imposible mientras Popovich siga en el banquillo. Jamás me sorprenderéis denunciando que un equipo trate de ganar los máximos partidos posibles con las herramientas de las que dispone. Pero para inaugurar nuevas eras los Spurs necesitan competir en base a un argumento que no sea su totémico técnico. Que, dicho sea de paso, se ha ganado sobradamente el derecho de ocupar ese banquillo hasta que se canse.

El momento que vive San Antonio invita a mirar a futuro. Pero esto es una previa de temporada que obliga a poner los ojos en el aquí y el ahora para tratar de dilucidar cómo se sucederán los próximos seis meses de competición. Y no da. Si es que no da. Los de Popovich comenzarán el curso con un evidente problema en la generación de juego tras la marcha de Murray. Ninguno de los jugadores que tiene en plantilla es un organizador claro. Ni siquiera gozan de alguien que haya demostrado generar ventajas con consistencia con una cuota alta de balón. Esto hace de la creación ofensiva un ejercicio puramente colectivo y de suma de esfuerzos.

Ahí será interesante observar la evolución de jugadores como Tre Jones, Keldon Johnson, Joshua Primo o, en un segundo plano, Devin Vassel. Josh Richardson y Romeo Langford también podrían asumir el balón en pequeñas dosis, pero Popovich seguramente siga queriendo que el equipo le pertenezca a su núcleo joven. Espoleados por el desenfreno de Dejounte y su vigor juvenil, los Spurs eran un equipo que acudía mucho a la transición. Según datos de Impredictable, fueron el segundo conjunto que menos segundos gastaba en cada posesión, solo superados por los Charlotte Hornets. Probablemente su principal tendencia siga siendo correr, pero la pérdida de su principal estilete en transición y el consecuente aumento de importancia de Poeltl y Collins quizás les haga aminorar revoluciones.

No obstante, el objetivo más allá de encontrar un sistema en el que sus jugadores se encuentren cómodos debería ser el de empujar al núcleo joven a facetas del juego en las que aún tienen espacio para crecer. Lo cual hace inevitable pensar en algo diferente a un conjunto errático en ambos lados de la cancha. Más si cabe con los problemas de tiro exterior que se intuyen. Quizás sea Jakob Poeltl la única certeza absoluta con la que cuenten los Spurs como protector de aro y especialista en el pick-and-roll ofensivo. Aunque, habiendo estado involucrado en rumores durante meses, no sería una sorpresa que San Antonio facilitase su salida a cambio de talento joven y/o futuras elecciones de draft.

Siendo el desarrollo de talento el punto troncal de la temporada en San Antonio, hay dos jóvenes a los que prestar especial atención. El primero es Joshua Primo, que durante la noche del draft 2021 fue catalogado como uno de esas intuiciones que le han dado tantas alegrías a los Spurs durante su años de dinastía. Sin embargo, el chico apenas fue capaz de adaptarse al ritmo NBA y definir su primera temporada como inconsistente sería hacerle un favor.

El escolta mostró potencial en la lectura del juego como generador secundario y tuvo alguna noche de brillo anotador. Pero sus carencias físicas le hacen ser mucho menos agresivo de lo que debería. Algo que su pírrico 45% de eficiencia en los tiros de campo no ayuda a enmascarar. Su temporada debería ir enfocada a ganar confianza en un contexto que le va a permitir fallar más de lo que ya lo hacía.

El segundo es Jeremy Sochan, el rookie que los texanos eligieron con el número nueve del pasado draft y que, como la inmensa mayoría de recién llegados a la NBA, es una absoluta incógnita. Aunque en Baylor el ala-pívot tuvo que asumir bastante peso en la creación de tiro tras bote, no va a ser una solución para los problemas expuestos anteriormente. Por aptitudes físicas y técnicas, Sochan representa un proyecto de defensor capaz de desenvolverse de forma sobresaliente independientemente de lo que la situación demande. Es ahí donde los Spurs deberán poner el foco de su potencial y evolución. Pero cuanto menos complejas sean las situaciones ofensivas que le pidan, mejor. También debería crecer mucho en el tiro en estático, donde su inconsistente mecánica de lanzamiento —incluso en el tiro libre— le lleva a porcentajes difíciles de tragar en un jugador de su tipología.

Estos dos ejemplos bien podrían servir como resumen del objetivo al que los Spurs deberían aspirar este curso. Ahora mismo no hay en la plantilla ningún jugador que insinúe potencial de superestrella. Ni siquiera All-Star. Por lo que el plan debería de pasar por asentar los talentos en los que ya han apostado y en sacar algo de provecho donde no parecía que lo hubiese para ir sumando activos valiosos que sean buenos complementos futuros o piezas utilizables a la hora de buscar traspasos.

El jugador a seguir

Habiendo firmado una extensión que entrará en vigor en 2023 por cuatro años y 74 millones de dólares, no hay dudas de quién creen en los Spurs que va a ser su buque insignia en estos años de travesía por el desierto. El curso pasado Keldon Johnson ya mostró un notable crecimiento como arma ofensiva. Tanto es así que no sería raro verle aprovechar las dudas que deja el resto del backcourt para erigirse como el base oficioso del equipo. En un escenario ideal Johnson sería un anotador secundario capaz de hacer muchas cosas a nivel notable pero ninguna con excelencia, pero el contexto actual quizás le empuje a límites que le hagan crecer lo suficiente como para cambiar esta percepción.

Ya la temporada pasada el alero fue el segundo jugador con mayor porcentaje de uso del quinteto titular de los Spurs. Johnson se sentía muy cómodo en el baloncesto de transición que practicó San Antonio, pero también comenzó a estar cada vez más involucrado en situaciones de aclarado, bloqueo y continuación o jugadas de mano a mano para encarar el aro. Sin ser ningún superdotado en estas, Keldon sí está por encima de la media de la liga gracias al espacio que le regala su amenaza exterior y a la ventaja que le proporciona su potente primer paso y posterior cuerpeo ya en carrera. Su nuevo rol le obligará a desarrollar recursos anotadores que de momento tan solo se le intuyen, como la suspensión tras bote o el floater. Así como cierta mejora obligada en el playmaking.

Será interesante ver si Keldon Johnnson tiene un techo mayor del que se le vaticina. Porque lo que asegura un jugador como él es un suelo muy alto como para ser titular en cualquier plantilla NBA cuando llegue su etapa de madurez. Sobre su posible salto de estatus existen más dudas, pero pocas oportunidades más propicias que la actual para despejarlas.

El pronóstico

Elio Martínez, director de nbamaniacs, deja un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada en la previa NBA 2022-23.

Creo que David se equivoca. El jugador a seguir no es Keldon Johnson. El jugador a seguir es Victor Wembanyama. Pronóstico: duro, muy duro. 16 victorias y 30º de la NBA.

Anterior equipo analizado: Los Angeles Lakers. Próximo equipo: Washington Wizards.

(Fotografía de portada de Nic Antaya/Getty Images)


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