Los Warriors siguen teniendo un banquillo muy poderoso

Desde que los acontecimientos en torno a Golden State Warriors se precipitaron el pasado verano con el fichaje de Kevin Durant hay un runrún extendido en la esfera de la NBA que desliza la idea de que el big-four del equipo de Steve Kerr ha soterrado el buen fondo de armario que les caracterizaba. La comparación con las dos temporadas anteriores es la que lleva a la duda, ya que para traer a Durant se tuvieron que deshacer de una serie de jugadores que aportaban bastante a la hora de dar refresco a los jugadores más reconocibles: Curry, Thompson y Green.

¿Podemos hablar de dinastía? Si hay alguien que pone alguna pega, digamos «equipo histórico». Los Warriors han irradiado una luz especial en estos tres últimos años pese a que es algo que se lleva fraguando más de un lustro. Y los focos son los que han alumbrado a esta Dub Nation para convertirla en algo muy especial, nunca visto en esas circunstancias, pero los focos también se funden y es ahí donde las luces de emergencia también han ayudado de manera inestimable para que el proyecto no se viniera abajo.

Hablábamos de ello en esta recopilación de datos sobre la fase final de este año. Es el 2º mejor ratio neto de la NBA en estos momentos: 17,4. Los números pocas veces mienten y ésta no es una de esas ocasiones.

Evolución

Ha habido algunos cambios importantes durante la temporada. Recordemos que Golden State comenzó la 2016/17 perdiendo en casa un partido por casi 30 puntos. El desarrollo de estos ajustes necesarios no llegó el primer día, pero se ha ido fraguando una rotación que no sabemos en qué medida asustará a los rivales pero sí en qué medida puede hacer daño a cualquier equipo a los que se enfrenten.

Si pusiéramos a los suplentes de los Warriors en una línea del tiempo veríamos, por ejemplo, que en enero ya habían superado en 0,8 su ratio en +/- en pista, que en febrero JaVale McGee se convertía en el líder de la NBA en +/- por minuto jugado o que en marzo se hicieron con los servicios de Matt Barnes (que sin duda es la pieza que desencadena la discusión sobre si de veras ha incluso mejorado la rotación del conjunto de Oakland). El tiempo ha hecho que esta nueva idea de Bob Myers, mánager general, y Steve Kerr, entrenador principal, haya tomado cuerpo de un modo que no tantos esperaban.

Los de antes

Así es el núcleo duro de este halo que lleva transmitiendo ya un tiempo el llamado fondo de armario de los Warriors:

Andre Iguodala. El único componente de la Death Line-up que no es titular. Ni este año ni el anterior. ¿Por qué será? La defensa, ese parámetro tan difícil de medir. Es el perro de presa del equipo fuera de la pintura. Pero en ataque también hace su trabajo. Éste es el mejor año de su carrera en porcentaje de tiros de campo (52,8%) siendo en el que menos tiros ha intentado (5,5), por lo que está llevando la eficacia personal a un nuevo nivel.

Shaun Livingston. Su inusual altura y movilidad para ser base le hace ser un tortura para el defensor. Está anotando menos que nunca porque tira menos que nunca, lógico si pensamos que hay más competencia, pero es que esta temporada -al igual que el anterior invitado- también es la mejor en porcentaje de tiro (54,7%). Tiene callo y mantiene el ingrediente de la sorpresa.

Ian Clark. Aquí tenemos un caso peculiar, porque es ya su cuarta temporada en la gran liga pero es como si hubiera renacido. El protagonismo que ha ganado en ataque es de envidiar, sobre todo desde la larga distancia. Ha mejorado en más de tres puntos su promedio de anotación, supera su tope en tiros de dos y de tres y está, sí, en el mejor porcentaje de lanzamientos de su vida.

James Michael McAdoo. Kerr sigue contando con él aunque en un rol de participación no activa, con menos peso en el desarrollo del juego. Eso sí, es otro de los que se ha animado con algún que otro triple, acomplándose al estilo, y en defensa de líneas de pase y penetraciones.

Kevon Looney. Pese a que ha sido titular en cuatro partidos de la fase regular, es el relegado. McGee logró entrar en el equipo y le pasó por la derecha como un avión, por lo que su participación se ha reducido bastante.

Los de ahora

Descontando a Pachulia, que llegó para ser titular, estos son los nuevos protagonistas del tema que aquí tratamos:

David West. La defensa también es aquí el plato principal. Tras perder dinero para ir a San Antonio y no ganar, West vuelve a sentirse importante en este rol secundario pero crucial. La experiencia le lleva a ser diferencial en aspectos como los bloqueos, la dirección en poste alto o el rebote, pero es en el ritmo defensivo donde se ve toda su capacidad como el jugador que el entrenador siempre quiere. En balance defensivo (+3,9) sólo le supera el inconmensurable Green.

Patrick McCaw. Es el novato del equipo y ya en el propio draft sorprendió la elección por lo bien que podía encajar en el equipo. Y así está siendo. Quitando tiempo a Livingston, es cierto, pero aportando en sus 15 minutos por partido, buena marca para ser un rookie. Puede desempeñar labores en las dos posiciones de guard, otro punto positivo.

Matt Barnes. Llegó para suplir la lesión de Durant y se quedó. Son, como el dijo, 10 años los que han pasado, quiere terminar el trabajo que empezó en aquellos Warriors del «We believe». De todos los jugadores nombrados es el que menos ha jugado, ya que desarrolló buena parte de la temporada en los Kings, pero es de los que tendrá un peso fundamental cuando lleguen los partidos complicados. ¿Le veremos como nuevo ejecutor de estrellas rivales? Si logra acoplarse al small-ball en defensa y al catch&shoot en ataque, seguro que sí.

JaVale McGee. No llega a los 10 minutos por partido, pero… Es el que mejor porcentaje en tiros de campo tiene (65,2%). Si reducimos la estadística a promedios por cada 100 posesiones, McGee es el mejor del equipo en rebotes (15,9) y tapones (4,4). En PER sólo le supera Durant. Y hay más datos, eh. JaVale es un nuevo arma para jugar por encima del tablero, otra herramienta para desarmar a según qué oponentes.

Han perdido a Ezeli, Speights, Barbosa, Varejao, Bogut y Barnes, pero la esencia y el tacto por hacer partícipe a todos los miembros de una rotación extensa permanece.


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