Timberwolves: razones para sobrevivir sin Jimmy Butler

Una baja que oscila entre una cifra halagüeña (de 4 a 6 semanas) y un término siempre mosqueante (baja indefinida).

La importancia y la influencia de Jimmy Butler en el esquema de los Minnesota Timberwolves es indiscutida; se ha ido haciendo dueño y señor del juego y la pizarra conforme han ido pasando las semanas y los meses. Y el resultado está ahí: cuartos del Oeste y a solo medio partido de los Spurs, terceros.

Ventajas de un Big Three

Perder a su capitán veterano podría invitar a cierto pánico, conscientes de que de regular season aún queda una veintena de partidos y de que en su Conferencia los que vienen por detrás, no paran de apretar.

Desde Hoopshype, como contrapeso, nos ofrecen un par de datos que invitan justo a lo contrario: a la calma y a la seguridad de saber que, pese a que Thibodeau pierde por un tiempo prolongado al máximo anotador de su equipo (22,2), le sobran alternativas fiables para delegar.

Hay una jugada en concreto —en la que Butler no era partícipe o al menos imprescindible— que en Minneapolis se han acostumbrado a ejecutar con tremenda eficacia esta temporada. Hablamos de jugadas de post-up. Es decir, jugadas que se resuelven de espaldas en la canasta; en el caso concreto de los T-Wolves, con sólida celeridad.

Una acción a medida

Entre los jugadores de la NBA con más de 100 intentonas en este tipo de jugada, es un miembro de los Wolves el más eficiente; y quizás os sorprenda leer su nombre. Es Taj Gibson. El ala-pívot, promedia 1,12 puntos cada vez que apuesta por esta acción.

Los otros dos que esperabais ver, no se quedan atrás y también son altamente eficaces realizando este movimiento. Karl-Anthony Towns (1,05) y Andrew Wiggins (1,01) se gustan bailando sobre su columna vertebral.

Ellos tres, junto con Jonas Valanciunas y Kevin Love, forman el Top-5 de la Liga en esta clase de jugada. Un dato demoledor que habla de lo aconsejable que sería, para el staff técnico de los Wolves al cargo de la ofensiva, tratar de explotar mucho más este recurso.

Más que chivárnoslo, la tabla lo grita a voces. Los T-Wolves son un conjunto mediocre en el pick&roll, bueno en acciones tras pantalla, francamente eficientes en acciones handoff (contrarrestando así su adocenamiento en p&r) y sublimes en putbacks (finalizaciones en segundas oportunidades) y post-ups.

Wiggins, un paso al frente

Existe un jugador particularmente infrautilizado en esta sección de la que hablamos. Andrew Wiggins ha sido probablemente el jugador que más ha tenido que renunciar con la llegada de Butler. Un sacrificio ofensivo importante en el que ha perdido libertad en esas acciones individuales que tanto le solían gustar. Recortes en isolations a niveles gubernamentales.

Su delgadez, que a pesar de todo el trabajo de pesas aún la tiene, queda disimulada, casi olvidada, gracias a su excepcional envergadura y potencia de salto. Lo que queremos decir es que Wiggins es un hacha posteando a canasta. En particular, obtenemos del portal Synergy Sports que cuando Wiggins postea y se revuelve (ya sea a una mano o en step back) hacia su lado derecho, encesta un 68,8% de lo que tira. Un porcentaje brutal.

Y por ello, quizás sería ahora buen momento para recuperar un pedazo de aquel Wiggins, que recién llegado a la Liga, tenía vía libre para hacer y deshacer bajo el manto de Flip Saunders.

Un 2017/18 comedido

Ahora Thibs lo utiliza más como jugador de pick&roll spot-up shooter, obviando en exceso lo buenísimo que es de espaldas al hierro.

En su temporada rookie, Wiggins ponía en práctica esta jugada 5,9 veces por encuentro. Ahora tan solo 2,3. Y el salto, tanto físico como de calidad, que ha dado el número 1 del Draft 2014, no merece ser subestimado.

Un dato más tosco y directo de lo que condiciona la presencia de Butler en el juego de ataque de Andrew. Con ambos en pista, Wiggins promedia 16,8 puntos en 36 minutos, mientra que si el escolta tiene la madera para él solo, su impacto se dispara a los 20,2 puntos, acercándose más a las cifras ofensivas de sus años precedentes.

Towns, ídem de ídem

Algo muy similar ocurre en el caso de Towns, a quien le buscamos la analogía para ver lo infrautilizada de su virtud. Joel Embiid en los 76ers, con un promedio de acierto casi calcado al de Towns en jugadas de post-up, pone en marcha esta acción el triple de veces por partido que el center dominicano.

En ningún caso, ni explícita ni indirectamente, tratamos de decir que Wiggins y Towns son mejores sin Butler y, menos todavía, que los Wolves, sin Butler son un equipo superior. Pero inevitablemente, la acumulación de estrellas lleva aparejada de manera intrínseca ciertos sacrificios individuales.

Lo que sugerimos en este artículo es que, apostando por la pizarra adecuada, estos Wolves, aún sin los Buckets de Jimmy, están listos y maduros para alcanzar la postemporada sin que se resienta lo más mínimo su ataque ni tampoco su eficiencia.

De lo que mutará su defensa durante su ausencia y su potencial impacto en la tabla clasificatoria, ahí por ahora sí que no nos atrevemos a entrar.


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