Tobias Harris completó durante la temporada 2020-21 un proceso de redención consigo mismo y de reconciliación con la siempre exigente afición de Philadelphia. Registró topes de carrera en algunos apartados estadísticos lo cual, unido a su buen nivel de juego, le sirvió para ser considerado para disputar el All-Star Game. Más importante aún, ayudó a lanzar un compacto montón de tierra sobre un contrato cuyas cifras superaron, en mucho, su rendimiento en pista durante el anterior curso.
Dicho esto, tampoco resultó ser una temporada perfecta para Harris. Lejana, incluso, para un jugador que cobrará 35,9 millones de dólares en esta próxima campaña, estableciéndose como el 13º jugador mejor pagado de toda la liga para la siguiente. Su actuación en playoffs fue sólida aunque pecó de ese plus incapaz de ofrecer en los momentos clave de la eliminatoria ante Atlanta Hawks. Si bien mejoró en el apartado defensivo, no se erigió como una presencia prominente. Y a pesar de cumplir un papel mucho más delimitado y condensado a las órdenes de Doc Rivers, sus defectos ofensivos no desaparecieron del todo.
Ahora, a Harris se le pedirá otro salto cualitativo en su juego que lo convierta en un jugador más completo y también en un pilar aún más vital de las aspiraciones de anillo de los Philadephia 76ers. De la continuidad de Ben Simmons dependerá mucho su responsabilidad, galones y volumen de trabajo, pero aún con él tendrá que demostrar estar listo para retos mayores.