Los Lakers ya tienen el mejor balance de toda la NBA. La derrota de los Celtics unida a su cómoda victoria anoche en casa, y ante los Hawks (122-101), sitúa a los angelinos con 11-2, al frente del Oeste.
Atlanta se ha llevado dos buenos revolcones en su fin de semana en Los Angeles. Si el sábado perdió por casi 50 puntos ante los Clippers, el domingo, en su repetida visita al Staples, las cosas no fueron mucho mejor. El duelo arrancó con un mate de alturas de LeBron James, asistido por Danny Green y celebrado con Kobe Bryant, que ocupaba uno de los asientos laterales a pie de pista. Fue un show angelino, con mates, triples de su líder LeBron, asistencias de este sin mirar. Se le vio cómodo a El Rey, 33 puntos y 12 asistencias en 33 minutos y se le vio cómodo al resto de la escuadra de Fran Vogel, quizá con la excepción de Anthony Davis, al menos en cuanto a acierto se refiere. En algo menos de media hora, La Ceja dejó 14 puntos, pero 5/14 en tiros aunque 5 tapones.
Desde el inicio sentenciado todo con un parcial de salida para los angelinos de 33-9, Atlanta trató de hacer lo que pudo ante un enemigo donde Kentavious Caldwell-Pope, de base después de la baja de Avery Bradley y por delante de Rajon Rondo, trabajó bien (13 tantos y 6/8 en tiros).
Maquillaje de Atlanta
Con 69-41 al descanso, los Hawks dieron algo de brío al juego y al menos se llevaron el tercer cuarto, con los locales obviamente más relajados. Un pequeño triunfo en esos 12 minutos (27-36) que sirvió para maquillar el asunto algo tras el mal 17-33 del segundo cuarto que había enterrado todas sus posibilidades. Trae Young, 31 puntos, dio la cara en un escenario como el Staples, donde todos los focos suelen estar en perfiles tan esperados como el suyo.
Debut de Parsons
La nota curiosa de la noche la puso el debut con la camiseta de los Hawks de Chandler Parsons. El ex de Memphis había jugado su último partido el 9 de abril de 2019 con los Grizzlies. Traspasado desde esta franquicia a los Hawks por Solomon Hill y Miles Plumlee, ayer se estrenó con la entidad de Georgia, aunque de modo testimonial: 2 minutos y medio, en la mitad del segundo cuarto. El resto de su hoja estadística se quedó en blanco.
(Fotografía de portada: Katharine Lotze/Getty Images)