Markieff Morris está viviendo unos meses convulsos desde que su hermano, Marcus Morris, abandonase los Phoenix Suns rumbo a los Pistons mediante un traspaso en julio.
Desde aquel día ha habido un poco de todo, sobre todo porque el jugador de los de Arizona se sintió dolido con el equipo, ya que entendía que debían avisarle del intercambio que tenían en mente. Así las cosas, no tardó en mostrar públicamente su descontento, pediendo a su vez que le traspasasen y asegurando que quería irse y que no estaría presente en el training camp, algo que finalmente no cumplió pero que le valió igualmente una sanción.
Ahora, tras dos meses de competición en los que la relación entre jugador y franquicia parecía más calmada, el equipo volvió a suspender a Morris tras un incidente con su entrenador, Jeff Hornacek, al que lanzó una toalla al ser cambiado durante el último cuarto del partido del pasado 23 de diciembre contra los Nuggets.
Parece que ese último incidente ha hecho reflexionar definitivamente a Markieff, quien tras una reunión con el resto del equipo se muestra contento por su reincorporación a la dinámica del grupo. «Definitivamente el encuentro que tuvimos fue un éxito. Estoy feliz por estar de vuelta«, expresa en declaraciones recogidas por Arizona Republic.
Perdón a los aficionados
Analizando lo que ha sido su comportamiento desde julio, Morris afirma que, aún teniendo sus motivos, debería haber llevado el asunto de otra manera. «Podría haber hecho las cosas de otra manera pensando en los fans. Pienso que les debo una disculpa por algunas de las críticas que hice. Se merecen algo mejor».