Hasta hace no mucho pensábamos que a Trae Young le iba a costar unos años más meter a su equipo en playoffs. De hecho, el mal inicio de la campaña pasada amenazaba con tirar por tierra una genial offseason que rodeaba al base de talento para dar el siguiente paso. Por eso, cuando Nate McMillan consigió convertir a los Hawks en mucho más de lo que se creía podían ser, la expectación por ver a Trae en sus primeros playoffs era máxima. Él no faltó a la cita, y desde el primer momento que pisó el Madison dejó a las claras que era un jugador de partidos de ese calibre. Tanto, que ahora la rutina le aburre. «No os voy a engañar, la liga regular es bastante más aburrida que los playoffs».
El jugador deja estas declaraciones en las postrimerías de una nueva derrota, esta vez contra Utah Jazz. Con este resultado, el récord de los Hawks es de 4-5, muy por debajo de lo esperado para los últimos finalistas de la Conferencia Este. «Creo que los chicos tienen que acostumbrarse, ya no somos los cazadores» decía Young refiriéndose al nuevo estatus granjeado en la pasada postemporada. «Debemos encontrar la motivación para jugar como en playoffs».
Hace unos días McMillan apuntaba al acomodamiento que estaba permeando en el juego del equipo. Ayer se vio en la necesidad de mandar un mensaje claro. «No regalo minutos, te los tienes que ganar. Si hay jugadores que nbo están dispuestos a dejarlo todo en los dos lados de la cancha, haré rotaciones».
Es obvio que Trae Young no va a encontrar la excitación de ser el villano de toda una ciudad o el causante indirecto de uno de los bodrios más sonados de los últimos años. Pero más vale que encuentren pronto ese empujón anímico que el base admite necesitar. Porque este año la Conferencia Este no espera por nadie.
(Fotografía de portada de Mitchell Leff/Getty Images)