Esta temporada de récords parece no tener fin. Dejando de lado estadísticas de equipos y jugadores, hay un dato que puede hacer de este curso el más especial de la NBA moderna. Si de aquí al final de la temporada regular nada cambia, será la primera campaña desde la 1963-64 en la que ningún entrenador es despedido.
Así es. Si en verano más de uno se llevaba las manos a la cabeza con hasta 10 equipos estrenando entrenador, ahora podemos decir que tras la tempestad llega la mayor calma que se recuerda entre despachos y banquillos.
Para encontrar algo similar debemos remontarnos hasta la época de los sesenta. Bill Russell y Wilt Chamberlain dominaban bajo los aros y Red Auerbach lo hacía desde la banda –nueve campeonatos en diez años con Boston lo demuestran–. En esas andaba la liga cuando primero en el curso 1960-61, y poco después en el 1963-64, la temporada regular acababa sin que ningún entrenador fuese despedido.
Desde aquel momento, hace ya 53 años, no ha habido uno solo en el que al menos un técnico no se viese obligado a dejar su puesto: David Blatt, Byron, Scott, Kevin McHale… por decir algunos recientes. Y decimos similar, que no igual, porque hoy la liga cuenta con 30 equipos mientras que en la mencionada época no pasaba de nueve; es decir, la posibilidad de tener un año limpio se ha limitado enormemente.
Echando un ojo al actual panorama, llama la atención que de los 30 integrantes de los banquillos solo doce lleven al menos dos años en el cargo. Quizás por ello, Erik Spoelstra cree que el hecho de que en esta ocasión no haya ningún cese puede no ser mas que un espejismo.
«La realidad está un poco distorsionada. No llegaría a la conclusión de que se ha alcanzado esa estabilidad y que las organizaciones han cambiado su idea y ya no aprietan rápido el gatillo. No se trata solo del entrenador, sino de un asunto de colaboración con jugadores y el personal de gestión. Gracias a Dios eso lo tenemos aquí», explica a AP en relación a Miami Heat.
Los veteranos
¿Es conveniente confiar en un técnico a largo plazo? Puede ser. Desde que llegó Gregg Popovich a San Antonio en 1996 se han producido más de 100 cambios de entrenador. Sin embargo, si echamos mano de los que tienen trabajo y poseen anillo, vemos que ocho de los once campeonatos que atesoran los acumulan entre Pops (5), Spoelstra (2) y Rick Carlisle (1), justo los tres que más años llevan en sus asientos. Claro está que se puede ver el vaso medio vacío; es decir, que estos no han perdido su trabajo justo por ser campeones.
Los señalados
La cortina de humo de la que habla Spoelstra puede tener su lado más amargo en semanas. Cierto es que para lo que queda de regular season –cuenten unos 12 partidos en tres semanas– raro sería que alguna franquicia cambiase ahora de entrenador, ya que la repercusión sería nula; pero eso no evita que haya varios asientos calientes que pueden hacer saltar a su inquilino justo cuando el último partido del curso eche el telón. Jeff Hornacek, quien parece haber perdido credibilidad en New York Knicks, o Alvin Gentry, que va camino de dos años seguidos sin playoffs en New Orleans Pelicans, pueden ser los primeros en quemarse.