Mientras muchos jugadores están compitiendo en Las Vegas por optar a uno de las últimas vacantes disponibles en las plantillas de la NBA o una oportunidad en la Liga de Desarrollo, los grandes nombres de la competición dirigen sus esfuerzos a preparar la temporada y mejorar sus propias habilidades.
La temporada de los Minnesota Timberwolves no siguió el guión establecido pero al menos fueron capaces de hallar brotes verdes bajo la dirección del entrenador Chris Finch. La organización apenas ha realizado movimientos durante la agencia libre, por lo que todo apunta a que los cambios que puedan producirse procederán del propio desarrollo interno.
Uno de los jugadores llamados a liderar el futuro del proyecto es Anthony Edwards. La selección número uno del draft de 2020 tuvo que conformarse con la segunda posición en la votación al premio al Novato del Año. De este modo, el producto de la Universidad de Georgia ha demostrado que la apuesta por él fue un acierto.
Completada su primera experiencia en la liga, Edwards está utilizando el verano para mejorar su juego. Y una de las facetas en las que se le ha podido ver trabajando es su lanzamiento exterior.
Una de las principales dudas que rodearon al jugador en su aterrizaje en la NBA giraron alrededor de su solidez en el tiro. Edwards completó su único año con la camiseta de los Bulldogs con un 29,4% de acierto en triples. Una cifra que apenas aumentó hasta el 32,9% (en 7,2 intentos) durante el curso 2020-21.
Una evolución que marcará su evolución en una NBA en la que el triple se ha convertido en un recurso fundamental para cualquier jugador que quiera codearse con la élite de la liga. A su vez, los Timberwolves han depositado una gran dosis de confianza en su joven jugador, por lo que toda mejoría será muy bien recibida.
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)