La NBA produce historias a una velocidad vertiginosa. Pero en ese goteo constante de noticias, rumores, hazañas y desencuentros hay relatos que se dejan de contar sin siquiera ocupar un espacio en la memoria del espectador. Ha pasado media temporada y nadie se ha acordado de Aron Baynes a pesar de que solo hace unos meses que los Toronto Raptors rescindieron su contrato. El pívot australiano sufrió un desmayo en los vestuarios durante el Italia-Australia celebrado en los Juegos Olímpicos de Tokio. Teniendo que quedar ingresado varios días en la capital japonesa.
Baynes perdió por completo su capacidad para sostenerse en pie y temió por haber quedado paralizado de forma permanente. En un reportaje para ESPN, el ex de Raptors y Suns entre otros define el tiempo que pasó en el hospital como los momentos de mayor soledad de su vida. Allí encontró tremendas dificultades para comunicarse con un equipo médico que le aisló a consecuencia del COVID-19. No fue hasta su undécimo día de ingreso que el veterano jugador se pudo poner en pie y comenzar a trabajar su psicomotricidad. Fue un episodio realmente difícil.
Contando los días para regresar
Desde entonces, habiendo cumplido 35 años hace poco menos de dos meses, Aron Baynes no ha dejado de trabajar con la idea de volver a la NBA. Era su objetivo incluso durante las sesiones de terapia intensiva con la meta de volver a andar con normalidad. Ahora, una vez recuperadas al completo sus facultades físicas, el pívot se está preparando para volver a la mejor liga del mundo al comienzo de la temporada próxima. «Si me ves ahora mismo nunca dirías que ha pasado nada. He progresado mucho en seis meses» declara Baynes.
Daniel Moldovan, su agente, da buena fe de ello. «No tiene botón de apagado. Quiere entrenar durante ocho horas al día». Baynes sabe que su esfuerzo no es garantía de nada a la hora de regresar al más alto nivel. Hace dos cursos jugó el mejor baloncesto de su vida en los Suns, ganándose un contrato por dos años y 14 millones de dólares en Toronto. Aunque el segundo —el actual— no estaba garantizado. Sin embargo, su etapa con los canadienses ya dejó claros visos de agotamiento. Aun así, el pívot no puede sacárselo de la cabeza. «No sé como será el camino, pero lo voy a dejar todo para lograrllo». Mucha suerte, Aron.
(Fotografía de portada de Jared C. Tilton/Getty Images)