Ball e Ingram se hacen grandes ante San Antonio

Los San Antonio Spurs, fuera de playoffs en casi cualquier quiniela del Oeste, iniciaban la temporada dispuestos a callar bocas una vez más, sosteniendo su aletargado presente con el temible peso de la historia. Grizzlies y Raptors, dos buenos huesos con los que estrenarse y sendas victorias.

Hoy ante los New Orlean Pelicans (equipo ahí-ahí con Memphis en cuanto a juventud y potencial), llegó su primera derrota de la temporada, pero la vendieron cara y esta no se decidió hasta el minuto final (95-98). Aunque si se mantuvieron vivos hasta el epitafio no fue gracias a los de siempre (DeRozan, Aldridge…), sino a los que les dan asueto en la rotación.

DeJounte Murray venía de un sensacional triple-doble, pero hoy se contagió del mismo virus de la torpeza que sus compañeros titulares. El base incurrió en seis pérdidas, Aldridge y DeRozan se combinaron para un 5 de 19 y un -16 y -18 respectivamente… y sólo los minutos en pista de Gay, Mills y Poeltl, apoyados por el buen trabajo de Keldon Johnson (14 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones) permitieron a los Spurs resistir.

Adams, el contrapunto que faltaba

Por el bando oponente, los Pelicans tienen a Zion Williamson, que jugó como pollo sin cabeza. Solo que este pollo tiene mucho músculo y poco o ningún miedo a tirarse contra la pintura, haya o no algún cuerpo por delante. A veces la aventura acaba en tapón (7 se comió anoche), a veces en canasta o falta personal. El ex de Duke, todo pasión, terminó con 18 puntos, 11 rebotes y 5 robos, pero su impacto en el parquet, ya sin restricciones (-1 en 38 minutos), no acompañó al de los que sí lograron los parciales importantes en el marcador, precisamente en los pocos minutos que Zion pasó en el banquillo.

Brandon Ingram (28 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias) y Lonzo Ball (16 puntos y 5 robos) –escudados por la veteranía interior de Steve Adams (8 puntos, 9 rebotes y un +18)–, ese par de grandes picks de los Lakers que ahora se hacen mayores a ritmo de jazz, acaudillaron a los suyos y supieron cerrar el partido cuando más apretaban los pupilos de Popovich.

Vital, Bledsoe

Los tejanos tuvieron incluso una última jugada para empatar y forzar la prórroga, pero la buena defensa planificada por otro perro viejo como Stan Van Gundy logró desbaratar la intentona, negándoles incluso el tiro (mérito ahí a su miembro del segundo Quinteto Defensivo, el recién llegado (y vituperado) Eric Bledsoe, taponando a DeRozan como se aprecia en la espectacular foto que encabeza el post), y empatando así con San Antonio en el Oeste con un balance positivo de 2-1.

«Como entrenador, estas son mi clase favorita de victorias», afirmó SVG. «Lanzar con sólo un 38% de acierto en tiros de campo –y 20% en triples– y ser capaces aún así de ganar a un buen equipo, para mi es un gran triunfo».

(Fotografía de portada de Sean Gardner/Getty Images)


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