Autoestima no le falta. Michael Beasley, ahora jugador de New York Knicks, analiza la temporada que se avecina con confianza plena en sus posibilidades; tanto es así que el que fuese número 2 del Draft de 2008 entiende que su carrera en la NBA podría haber estado a la altura de los mejores, pero que malas decisiones y sus consecuentes problemas se lo han impedido.
«Se trata principalmente de una percepción. En lo que respecta al talento, me pongo a la altura de Kevin y LeBron, me coloco con los mejores del mundo. No estoy siendo arrogante; simplemente me he sentido siempre así. Pero me metí en problemas tan pronto como llegué a la NBA y dejé un mal sabor de boca en mucha gente», comenta a Bleacher Report.
Puede tener algo de razón. Dejando de lado la citada comparación –LeBron y Durant son dos fuera de clase–, lo cierto es que Beasley siempre ha sido un chico capaz de lo mejor y de lo peor. Por físico, técnica, tiro y cualidades baloncestísticas en general, su sitio en la liga podría haberse situado muy por encima de su actual rango, pero la madurez y buenas decisiones nunca le han acompañado.
¿Aún puede brillar?
Eso es lo que desea. Motivado por jugar en el Madison Square Garden, y tras una buena campaña como reserva de Milwaukee, donde firmó 9,4 puntos y 3,4 rebotes en tan solo 16,7 minutos por partido, Beasley quiere reivindicarse en un equipo cuya reconstrucción puede ayudarle a ganar minutos. Con 28 años, este chico formado en Kansas State no puede permitirse seguir tachando oportunidades.