Cinco partidos son los que han vivido Los Angeles Clippers sin Patrick Beverley, exactamente desde el segundo hasta el sexto de la eliminatoria de primera ronda ante Dallas Mavericks. No lo pasaron bien. Aunque a nadie escapa que los californianos cuentan con otros jugadores que llevan el peso del equipo, Beverley es una especie de pegamento para que todo funcione. En ataque, saliendo como point guard, tiene la labor de organizar a sus compañeros. En defensa, pese a su escasa estatura, es el primero en apretar los dientes e ir a por todas.
En su primer encuentro tras superar la lesión en los isquitibiales –victoria en el Game 1 ante Denver Nuggets–, Beverley ha jugado con restricciones para estar en pista únicamente 12 minutos en los que le ha dado tiempo a acumular 8 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias. No es una producción que vaya a multiplicar si está más tiempo en pista, pero sí da una imagen de las ganas que tenía de regresar a la acción.
«Cuando estás fuera por una lesión… solo pudiendo mirar… te sientes humilde. Ahora sé lo afortunado que soy por estar en la pista. No puedes dar por sentado que estarás sano. Es algo realmente importante. Fue muy bueno estar ahí fuera con mis compañeros, competir y hacer nuestro juego. Sin duda fue una noche divertida», comentaba a la finalización del encuentro.
El tiempo de baja –en total se había perdido 10 de los anteriores 11 partidos– hace que Beverley llegue a este momento de los playoffs con más hambre si cabe y entendiendo en todo momento cuál en su función en el sistema de Doc Rivers. «Me tomo mi papel muy en serio. Obviamente soy el base y coloco a los chicos en los lugares correctos atacando, y además me aseguro de hacer mi trabajo en defensa. No estar jugando por la lesión me ha hecho sentir más humilde. Aprecio mucho más el juego, eso seguro», terminaba.
(Fotografía de Kevin C. Cox/Getty Images)