Traspasado solo seis meses después de firmar una extensión de cinco años y 171 millones de dólares con Los Angeles Clippers, Blake Griffin no imaginaba que el cambio de aires con destino Detroit le sentaría tan bien.
Allí, en Michigan, y tras un primer año de aclimatación, ha encontrado la confianza y el entorno necesarios para mostrar todo su repertorio baloncestístico, algo de lo que pueden dar fe unos Philadelphia 76ers que encajaron hasta 50 puntos con su firma. Y es que Griffin ni siquiera echa la mirada atrás por sentir cierta nostalgia de Los Ángeles.
«He seguido adelante. Me siento muy feliz aquí, asentado y como en casa. Estoy bien. Con todo lo que tenemos en marcha, una nueva cancha y una nueva instalación de entrenamiento en construcción, este es sin duda un gran momento para ser un ‘piston’. No miro al pasado. Los últimos dos veranos simplemente trabajaba para poder jugar. Este último verano he podido trabajar para mejorar», explica a NY Times.
Lo cierto es que está jugando al mejor nivel de su carrera. Aumentando su repertorio ofensivo y contando con mucho más peso a la hora de iniciar jugadas, Griffin se marcha hasta los 27,6 puntos y 10,6 rebotes con un excelso 48,7% en triples (quinto mejor de la NBA de entre los que lanzan al menos cinco tiros de tres puntos por noche).