El verano de los Detroit Pistons no ha resultado, por el momento, todo lo ventajoso que hubieran deseado en las oficinas de la histórica franquicia de Michigan. Dado que el margen económico para moverse era escaso, la entidad pudo contratar a Derrick Rose, Markieff Morris, Tim Frazier y Christian Wood; seguramente un botín menos lustroso de lo esperado. Y no será porque su estrella, Blake Griffin, no lo intentara.
Según pudo contar el jugador de los Pistons en el podcast Pardon my Take, Blake sacó a relucir parte de su encanto para tratar de convencer a jugadores libres de que se unieran a los Detroit Pistons. Pero con un éxito prácticamente nulo.
«Hice unas llamadas, mandé algunos mensajes, contacté con gente… ¿Y sabes qué? Creo que fue como un cero de tres», recordaba Griffin entre risas. O sea, que el bueno de Blake habría tirado la caña a por lo menos tres jugadores pero ninguno de ellos consideró oportuno unirse a la causa de Detroit.
Esta situación es fiel espejo de que los Pistons no hayan sido una de las franquicias más atractivas en los últimos tiempos en la NBA.
(Fotografía de portada: Duane Burleson/Getty Images)