Cuado un equipo como San Antonio Spurs se interesa por un jugador como Chris Paul, el plan está claro. Ya no se trata de dar un paso al frente en resultados, sino en crecimiento grupal, en aprendizaje, en conocer esos trucos y esa ética de trabajo que ha llevado a un chico a ser 12 veces All-Star y a disputar hasta 20 temporadas en la NBA.
Los de Texas se hicieron con el veterano base en la agencia libre, pero meses antes ya se estaba masticando tal fichaje; tanto es así que un periodista tan reputado como Marc Stein comentó en el mes de abril que CP3 era una opción muy real para el conjunto entrenado por otra leyenda como Gregg Popovich.
Dicho y hecho. Los Spurs han incorporado a Paul, quien ya ha explicado por qué eligió jugar con ellos, y los beneficios empiezan a palparse a base de formación de su talentoso núcleo. A la espera de ver cómo cuaja con Victor Wembanyama, es otro joven como Blake Wesley quien recalca su entusiasmo ante una master class de un año que ya ha comenzado.
«Es un gran tipo. Acabamos de entrenar con él no hace mucho en la Summer League. Es muy bueno. Es un gran tipo. Me habla, me entrena, me dice cómo manejar el balón… Lo estoy disfrutando mucho hasta ahora y no puedo esperar para aprender y adquirir más conocimientos. Estoy muy emocionado», comenta el jugador de 21 años.
Esto es justo lo que han contratado los Spurs. Este no apunta a ser el año del gran salto a nivel de resultados, pero sí uno clave para determinar el camino a seguir y dar forma a una filosofía que haga de base para dar pasos seguros hasta alcanzar la meta.
(Fotografía de Tim Heitman/Getty Images)
