Los Golden State Warriors han comenzado la temporada con mal pie. Su núcleo duro nunca había comenzado perdiendo siete de los diez primeros partidos estando sanos. Ahora mismo registran un 4-7 y las dudas sobre todo lo que no es Stephen Curry empiezan a ser considerables. Pocos meses después de ganar un nuevo campeonato, la incertidumbre se cierne sobre el grupo de jóvenes que abanderan Kuminga, Moody y Wiseman; los contratos de Thompson y Green o el inicio regular de Jordan Poole. Aun así, ante los rumores que apuntan a un golpe de timón abrupto, el general manager Bob Myers llama a la tranquilidad: «Es demasiado pronto para tomar decisiones drásticas» declara.
Durante su dinastía los Warriors no han sido un equipo demasiado dado a introducir cambios importantes a mitad de temporada. Ya el curso pasado recibieron ciertas presiones para traspasar a su núcleo joven por la urgencia competitiva a la que obliga Stephen Curry en el plazo inmediato. Sin embargo, Myers mantuvo la calma y el tiempo le acabó dando la razón. «Sé que se está hablando mucho y nosotros siempre estamos abiertos a opciones. Pero eso no significa que vayamos a hacer nada ahora. Llevamos solo once partidos. Si con cuarenta jugados seguimos hablando de lo mismo, puede que te conteste de forma distinta» zanjaba el directivo.
(Fotografía de portada de Michael Urakami/Getty Images)