Boston toma aire imponiéndose a unos Bulls sin brújula

La ausencia de Rajon Rondo marcó el tercer partido entre Chicago y Boston. Sin su base, los Bulls fueron un equipo carente de imaginación en ataque, repartiendo solo una asistencia en total entre el primer y el tercer cuarto. En ese escenario, los Celtics consiguieron estrenar su casillero de victorias imponiéndose por un claro 87-104. Salvo en algunos minutos antes del descanso, Boston dominó con claridad para dejar la eliminatoria en 2-1, todavía a favor de Chicago.

Cambios de éxito variable


Brad Stevens dio una sorpresa en el cinco inicial, sacando al alero Gerald Green por el inefectivo Amir Johnson, planteando la batalla en el perímetro. De salida, funcionó bien. Los triples (7/11 en el primer cuarto) animaron a Boston desde el principio. Su efectividad exterior, y un rebote mejor controlado, los Celtics se escapaban con Jae Crowder (23 puntos) y Avery Bradley (22) como sus mejores anotadores, aprovechando los serios problemas para anotar de Chicago sin Rajon Rondo al timón.

Jerian Grant, el base titular, fue nulo en la dirección. Sin fórmulas fáciles de anotar, y con Jimmy Butler negado de cara al aro, los Bulls perdían pie, llegando a perder hasta por 20 puntos al inicio del segundo cuarto. Pero Boston no pudo celebrar demasiado la ventaja. Los triples dejaron de entrar, y Michael Carter-Williams, dentro de su crónica irregularidad, daba algo más de coherencia al ataque de Chicago.

Consistencia verde


Gracias a la ejecución de Dwyane Wade (máximo anotador de Chicago con 18 puntos) y el alemán Paul Zipser, los Bulls se ponían a solo tres puntos al descanso. Pero la rotación de bases de los Bulls, en ausencia de Rajon Rondo, fue catastrófica en la segunda mitad. En el tercer cuarto, el equipo entrenado por Fred Hoiberg fue incapaz de terminar una canasta tras asistencia. Algo que aprovechó a la perfección un equipo mucho más conjuntado como Boston, incluso en sus carencias.

Las apariciones esporádicas de un mejorado Jimmy Butler (14 puntos al final, con 7/21 en tiros de campo) no servían de mucho, y Boston no perdía la ocasión. Recuperado su acierto exterior (17 triples en total), con Isaiah Thomas de distribuidor y con un Avery Bradley impecable a ambos lados de la cancha, los Celtics se escapaban de forma irreversible. La sólida defensa de sus perimetrales, particularmente de un peleón Marcus Smart, hizo el resto para evitar apuros.

Eliminatoria abierta


Los Celtics consiguieron de esta forma colocarse con un 3-0 en contra, una situación en la que ningún primer cabeza de serie se había encontrado nunca contra un octavo. El 2-1 actual en la serie y la ausencia posiblemente prolongada de Rajon Rondo ha dado algo de aire a un equipo que, pese a todo, necesita el regreso del Isaiah Thomas más agresivo para aspirar a cotas más altas. Como mínimo, mostraron ser el equipo con mejor coordinación en su juego en el United Center.


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