3 de mayo de 2013. Ese es el día en el que Carlos Delfino disputó su último partido oficial en un campeonato de clubes, exactamente con Houston en los playoffs de la NBA. Desde aquella lejana fecha, la que muchos marcaron erróneamente como la de su retirada, hasta siete cirugías han sacudido un pie derecho que este chico de Santa Fe casi había dado por perdido hasta poco antes de los pasados Juegos Olímpicos.
Fue entonces, de la mano de un podólogo y cirujano ya jubilado, de la palabra de un médico que le regaló baloncesto –»acá no hay que poner, hay que sacar huesos», le dijo–, cuando tres años de pesadilla daban lugar a la esperanza para poder verle en acción con la albiceleste, con esa camiseta que le hacía sentirse de nuevo jugador.
Ahora, meses después, Delfino ha decidido regresar a la competición diaria jugando en la liga de su país, donde ha firmado un contrato con Boca, equipo que lucha por evitar el descenso y que con este vídeo ha querido darle la bienvenida.
#BienvenidoLancha pic.twitter.com/ncQSymWL1m
— Boca Jrs. Oficial (@BocaJrsOficial) 6 de marzo de 2017
18 años de periplo
Aunque solo tiene 34 años, hace ya 18 que su juego no puede verse por su tierra natal. Para ser exactos, fue en la campaña 1998/99 cuando un jovencísimo Delfino disputaba cuatro partidos en la Liga Nacional con Libertad, de Sunchales. Desde aquel momento, su carrera ha estado siempre ligada al baloncesto europeo y NBA. Ahora, para satisfacción de todos los que amamos el baloncesto, ‘ese punto filipino llamado Carlos Delfino’ podrá disfrutarse unos cuantos partidos más.