En el encuentro que ayer disputaron Knicks y Lakers en el Madison Square había otras historias a las que mirar lejos del partido en sí. No era la primera vez que Carmelo Anthony volvía a la que fue su casa desde que la NBA lo desterró durante un año, pero sí la primera ocasión en la que lo hacía con público en las gradas. La Meca del baloncesto no podía reaccionar de otra forma que no fuese con una ovación cerrada a la que Melo solo pudo responder con una sonrisa que se le escapaba entre dientes.
Anthony tuvo una noche bastante floja en lo ofensivo. A pesar de su inusual esfuerzo defensivo, el 3 de 14 en tiros con 2 de 8 en triples aguó un regreso que no pudo celebrar con victoria. Aún así, la afición de los Knicks no dudó en aclamar a la que quizás haya sido su última gran estrella. El Madison prefirió olvidar los agrios años con los que Melo se despidió y agradeció que les brindara la que quizás sea su mejor etapa de carrera. Como neoyorquino y fan de los Knicks, Carmelo es uno de esos jugadores que parecen predestinados a vestir la camiseta knickerbocker. Y durante un tiempo este fue un matrimonio feliz.
El jugador no puede evitar sentir cierto apego por el equipo de la Gran Manzana. De hecho, en la previa del partido declaró estar contento con el rumbo de los Knicks, aplaudiendo la labor de su presidente ejecutivo. «Se subestima mucho el trabajo que ha hecho Leon Rose. Es muy difícil llegar y hacer lo que él ha hecho construyendo prácticamente desde cero».
Melo ensalza aún más la labor de Leon Rose por el hecho de tomar el cargo directamente después de ser agente de representación. «Me quito el sombrero». También elogia la forma en la que ha logrado situar a los Knicks en un estatus que no ocupaban desde hace casi una década. «No lo ha hecho con prisas. Él simplemente se ha sentado a hablar con la gente para saber realmente qué es lo que necesitaba el equipo».
Obviamente, Anthony no iba a terminar sus declaraciones para SNY TV sin declararle su amor a la afición de los Knicks de forma directa. «No creo que mi amor por NYC se vaya nunca. Esa afición es diferente. Su amor es diferente. Va más allá del baloncesto».
(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)