Este sábado, Carmelo Anthony regresa a la que fue su casa desde febrero de 2011 hasta septiembre de 2017. A esa New York que tanto ama, a esa ciudad de la que siempre se quiso convertir en el rey. Y lo hace Carmelo con otra camiseta, la de los Thunder, su tercera franquicia en la NBA y en la que experimenta una cierta sequía ofensiva que él mismo ha reconocido.
Llegará Carmelo al Madison para medirse a los Knicks en un contexto de dudas instaladas en OKC, demasiado irregulares y sin acabar de encajar a su Big Three. Pero más allá de esto, para Melo será el momento de jugar al otro lado, de tener en contra a unos aficionados que ya en la 2016-17, en ocasiones, no le mostraron demasiado cariño.
“No me entiendas mal, estoy entusiasmado de volver y jugar en el Garden, de hacerlo delante de los aficionados, de mi familia y de mis amigos. Pero al fin y al cabo es trabajo para mí. Eso sí, mentiré si digo que no estoy feliz de volver a jugar allí. Tengo un sentimiento diferente con Nueva York, una relación diferente. Será especial”, apuntó tras la victoria sobre Indiana, en declaraciones recogidas por ESPN.
Una discreta versión de Anthony
Carmelo, con 17,7 puntos por partido esta temporada, firma los promedios anotadores más bajos de su carrera, al igual que los peores promedios en asistencias (1,5). Al ahora dorsal número 7 de los Thunder le está costando desarrollar su papel anotador en un equipo trabado y que no termina de encontrar su camino.
La buena noticia de los 1.000 partidos
Anthony llegó el pasado fin de semana a los 1.000 encuentros en la liga regular de la NBA. Y todos como titular, algo que sólo ha conseguido en toda la historia de la liga Pat Ewing. Ahora con 1.002 duelos, Melo ocupa la 15ª posición en la lista de jugadores en activo con más partidos en la NBA.