Ruedan las primeras cabezas después del surrealista episodio en el que una noble representación de los Houston Rockets tomó por asalto el vestuario de los Clippers, en el Staples Center y mediante una vía secundaria a la puerta principal.
La NBA ha castigado con dos partidos de sanción a Gerald Green y Trevor Ariza por, literalmente, «entrar de manera agresiva» en el vestuario de los Clippers y tomar parte en un «altercado verbal de carácter hostil». Chris Paul y James Harden, que formaban parte de la comitiva tejana en busca de explicaciones en territorio ajeno, no serán sancionados, como pudo adelantar el periodista Adrian Wojanorwski (ESPN) y más tarde confirmó la propia liga.
Parece ser que Paul y Harden, según el diagnóstico de la NBA, no fueron a territorio angelino en actitud desafiante, sino que mostraron un talante más de apagar la hostilidad. Por tal motivo no fueron sancionados como Green y Ariza.
Recordemos que los jugadores de los Rockets decidieron tomar la justicia por su mano y fueron a pedir explicaciones, tras el partido, al vestuario de su rival. Sobre todo, querían ir a buscar a Austin Rivers y Blake Griffin, con quienes intercambiaron toneladas de diferencias durante el partido (finalizado con victoria ‘clipper’). A todo eso, Clint Capella fue usado como señuelo en la puerta principal para distraer a las fuerzas ‘enemigas’. Episodio de locos el que se vivió este pasado martes en la NBA.
Según pudo añadir Wojnarowski, Blake Griffin no sufrirá sanción de ningún tipo, de acuerdo a algunas fuentes de la liga. La estrella de los Clippers fue el jugador que más roces mantuvo con los efectivos de Houston durante el partido y de ahí todo el barro posterior en los vestuarios.
La NBA inició una investigación acto seguido de conocerse los hechos y con las mencionadas sanciones a Ariza y Green parece que ha encontrado un veredicto.