Celtics vs Wizards: la hora de las estrellas

48 minutos. Ese es el tiempo con el contarán Boston Celtics y Washington Wizards para dar sentido al camino que les ha llevado hasta aquí. Han sido 82 partidos de temporada regular más dos eliminatorias de playoffs, y ahora, ante el win or go home, tienen la posibilidad de alcanzar las Finales de Conferencia para luchar por derrocar a los Cavaliers de LeBron James.

No hay favorito. Boston lo tuvo en Washington y John Wall dijo ‘no’. Hoy volvemos a Massachusetts, donde los Wizards tienen el reto de romper la dinámica de una eliminatoria que hasta el momento solo ha vivido triunfos caseros. Pero hay más, si contamos también la temporada regular el balance es de cinco partidos ganados para cada uno. Y sí, ninguno ha perdido jugando en su territorio.

Esa es una de las bazas de Brad Stevens, la de hacer del TD Garden su sexto jugador sobre la cancha. A falta de diferencias notables entre los roster, la pasión de los aficionados verdes, empujados por el deseo de regresar a la élite en el momento decisivo del curso, puede darles el golpe de aliento definitivo.

Si en Boston lo desean en la capital lo necesitan. Hablamos de una franquicia que sabe lo que es proclamarse campeón, pero que no saborea las mieles de llegar hasta unas Finales del Este desde la campaña 1978-79. Tanto tiempo ha pasado que por entonces no eran Wizards, eran Bullets disparados en los mejores años de su historia.

Hoy no disparan, pero John Wall se lanza por el aro con el hambre de quien ha puesto su techo en el cielo. En el sexto partido dejó claro que en DC manda él; en el séptimo debe demostrar que ese halo de leyenda puede imponerse en cualquier parte. Estamos ante un fenómeno que ha firmado 10 partidos consecutivos de playoffs con al menos 20 puntos y 7 asistencias. ¿Sabe a poco? Nadie hacía algo así desde Michael Jordan en la campaña 1985-86. El de los Bulls no pasó de las nueve noches.

Claro que todo héroe tiene su enemigo, y ese será esta noche el pequeño más grande que se ha visto en décadas. Isaiah Thomas es 1,75 de altura, pero de corazón no se le puede medir. Número 60 de su Draft – no es una errata-, ha puesto Boston a sus pies. Una franquicia que tiene hasta 17 títulos en su pabellón y que ahora sueña con sumar otro, más pronto que tarde.

Los escuderos

Esto es baloncesto, un deporte de equipo. Hay superestrellas sí, pero ninguna es capaz de ganar sin ayuda. Thomas sería menos sin Avery Bradley y Wall encontraría menos caminos si no sientese a su lado a Bradley Beal. Dos escoltas. Dos jugadores que comparten nombre o apellido -dependiendo de cómo lo leas-, y que en unas horas se repartirán gran parte del peso del, hasta ahora, partido de sus vidas.

Habrá batalla desde el perímetro, pero la pintura tampoco estará exente de tensión, algo de lo que no han estado faltos en esta serie. Markieff Morris pidió explicaciones a Al Horford, éste contestó que le daría la hora. Kelly Olynyk bloqueó con ganas a Kelly Oubre, quien acabó por mandarle al suelo yéndose expulsado. Simplemente no se gustan. Palabra de Thomas.

Con orgullo

Podemos estar ante el inicio de una rivalidad que acabe dando grandes noches de gloria a quienes amamos el baloncesto. Wizards y Celtics son jóvenes. Ambos han realizado una enorme temporada regular y han dejado claro que tienen alma de campeón. Ambos saben que esta noche cada minuto cuenta para seguir soñando, pero eso no hará que el que pierda despierte para siempre.


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