Las aguas no bajan calmas por Chicago, pero al menos anoche ganaron. Entre rumores de desintegración de la actual plantilla, señalando a DeMar DeRozan como principal candidato a salir, los Bulls visitaron a Miami para romper una racha de cuatro derrotas consecutivas y tomar algo de aire –bien les falta–.
Fue un encuentro duro para ambos. Los de Illinois han empezado mal la temporada, pero no es que los Heat estén mucho mejor. Eso se notó sobre el parqué. Ambos tenían necesidad de vencer y fueron los chicos de Billy Donovan los que hicieron buena esa urgencia para tomar una ventaja de hasta 15 puntos en el tercer cuarto que supieron manejar hasta cerrar la contienda por 103-113.
«Estuvo bien conseguir una victoria, sentir un poco ese sentimiento positivo, especialmente después de esa derrota tan dura y terrible (150 puntos encajados en Minnesota. Era necesario. Ojalá podamos aprender de esto», expresa Nikola Vucevic, quien logró un doble-doble de 29 puntos y 12 rebotes.
El pívot fue la referencia de los Bulls sobre el parqué en una noche en la que todas las piezas principales del equipo funcionaron. DeMar DeRozan logró 24 puntos y Zach LaVine se fue hasta los 21.
Miami, sin tres titulares
Los Heat, quienes llegaban al partido tras cuatros triunfos consecutivos (mejor racha de la campaña), se vieron obligados a hacer frente a Chicago sin tres piezas de su quinteto inicial, ya que no pudieron contar con Kyle Lowry, Caleb Martin y Jimmy Butler (baja de última hora por enfermedad gastrointestinal).
Sin contar con ninguno de los mencionados, el peso del partido recayó sobre Bam Adebayo, quien respondió con un doble-doble de 27 puntos y 12 rebotes. También tuvieron una buena actuación Tyler Herro con 19 puntos y Haywood Highsmith con 18. La derrota deja a los de Florida al cincuenta por ciento de victorias con 16-16.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)