Chris Paul ha sufrido una acuciada bajada en su rendimiento durante la serie ante los Dallas Mavericks. Desde el tercer partido el base ha promediado 9,4 puntos, 5,8 asistencias y 3,6 pérdidas. Pero lo más relevante es su incapacidad para sobreponerse a un duelo que le ha sobrepasado noche tras noche hasta la debacle final del séptimo partido. Al término del encuentro el jugador no quiso poner excusas, pero Marc J. Spears reportó a su salida del pabellón que Paul caminaba apesadumbrado y que hacía días que sufría una lesión en su cuádriceps izquierdo.
El líder espiritual de los Phoenix Suns no quiso hacer ningún tipo de comentario a este respecto, por lo que resulta imposible saber cuándo se produjo dicha lesión y cuánto ha mermado su rendimiento. Parece razonable situar el inicio del percance entre los partidos 2 y 3 de la serie, que comienzan a marcar su declive estadístico y de sensaciones en cancha. Curiosamente el 6 de mayo Paul celebraba su 37 cumpleaños con un partido nefasto en el que coleccionó hasta siete pérdidas ante el atosigamiento de Reggie Bullock, Frank Ntilikina, Dorian Finney-Smith y compañía. No iba a levantar excesiva cabeza a partir de ahí. Antes del fatídico día CP3 promediaba 22,6 puntos, 9,9 asistencias y tan solo 1,6 pérdidas en playoffs.
Quizás este percance incentive la narrativa que Paul quiso enarbolar de cara a la próxima temporada, para la cual prometió volver con fuerzas renovadas. Sin embargo, aunque pueda servir para aliviar mínimamente las críticas sobre el jugador, esta no es más que otra lesión en momentos clave en el historial del jugador. Algo que la edad no tiende a solucionar.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)