Chris Paul fue el primer sorprendido (más que eso) cuando se gestó su traspaso a los Oklahoma City Thunder. Esa narrativa ha vuelto a ser comprobada después de las palabras del veterano base (34 años) en una entrevista para el portal The Undefeated.
«¿Mi reacción inicial?», decía Paul a Marc J. Spears con una sonora risa como acompañante. «Me quedé en shock. La verdad sea dicha, había hablado con Daryl (Morey) un par de días antes del traspaso y él me había dicho que no me iba a traspasar», podía declarar Chris Paul.
No solo Morey ya sabía que quería dar salida a su antiguo base, con el que tan cerca estuvieron del título en 2018, sino que ya estaría con bastante trabajo adelantado, esperando meter la estocada final para poder conseguir a Russell Westbrook.
Dicho sea de paso, la urgencia por traspasar a Paul tres años antes de que expirase su contrato también pudo estar relacionada con su relación con James Harden dentro de los Houston Rockets. Sin llegar a desarrollar ningún tipo de enemistad mortal, sí que el trato entre ambas estrellas sufrió algún que otro pliegue, erosiones, durante el pasado curso. Otra prueba que refuta esta teoría es que Paul y Harden apenas han vuelto a hablar desde que se separasen sus caminos, como pudo admitir el base de los Thunder.
«Es la vida. Esas cosas pasan. Es lo que es. Pero yo le deseo todo lo mejor», pudo alegar Paul.
Su exilio en Oklahoma no está marchando tan mal como él pudo esperar cuando tuvo notificación del traspaso que le sacaba de los Rockets. «Estoy agradecido de poder seguir jugando. Podría ser bastante peor», pudo reseñar. Sin embargo, el gran anhelo de Paul (conseguir un anillo) difícilmente podrá ser acometido en tierra de tormentas; y se le acaba poco a poco el tiempo.
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)