Por tercera temporada consecutiva, Chris Paul ha visto disminuir su tasa de uso como jugador de los Phoenix Suns. La franquicia de Arizona se propuso durante el verano ser un equipo más difícil de defender, lo que ha impulsado el juego sin balón y las situaciones de tiro en ‘catch-and-shoot’ de cara a poner en práctica un juego más dinámico y menos previsible.
Este ajuste ofensivo ha empujado a Paul a afrontar un nuevo periodo de aprendizaje a sus 37 años de edad. «Tengo que acostumbrarme al ‘catch-and-shoot‘», afirmó el veterano jugador, según recoge el medio PHNX Sports. «Siempre he generado juego para otros muchachos aunque ha estado bien tener algunas situaciones así.»
De momento, esta pequeña re-conversión hacia un rol ligeramente más orientado al tiro ha devuelto más sombras que luces. En sus tres primeros partidos del curso, Paul solo anotó uno de los once triples que intentó, incluido un gris uno de ocho contra Los Angeles Clippers. Al menos pudo resarcirse durante la victoria de este martes contra Golden State Warriors, en la que anotó cuatro lanzamientos exteriores para un total de 16 puntos, su máxima anotación del curso hasta el momento.
A la vista de que su papel siempre ha estado más orientado a la creación, cuerpo técnico y compañeros le han insistido en que tire más a canasta y sea más agresivo. De momento está promediando cuatro intentos de triple por partido —su cantidad más alta desde que recaló en Phoenix— aunque sus tiros de campo totales se han reducido hasta su mínimo de carrera (9,5).
Así, Paul ha asegurado que está adaptándose a estas nuevas exigencias de su rol y que mostrará una mayor predisposición a tirar en los próximos encuentros. La próxima oportunidad para hacerlo tendrá lugar este viernes, día en el que los Suns se medirán en casa a los New Orleans Pelicans.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)