El fantástico final de temporada de Dallas no solo le ha permitido ascender puestos en la Conferencia Oeste, sino que en estos momentos mantiene abierta la posibilidad de superar a Golden State y concluir tercero, algo que parecía impensable hace un par de meses.
Los de Jason Kidd, liderados por un Luka Doncic que anoche firmó 39 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias ante Portland en tan solo 30 minutos, han ganado ocho de sus últimos 10 partidos para tener actualmente un balance de 51-30. Están jugando bien, están con confianza y saben que si vencen en el partido que les resta (contra San Antonio) les valdrá con que los Warriors tengan un tropiezo (back-to-back en la carretera con San Antonio y New Orleans) para ser terceros, ya que les tienen ganado el desempate.
Pero no todo son alegrías. Doncic recibió ante los Blazers su 16ª falta técnica, la cual supone un partido de suspensión; es decir, no estaría en la jornada de clausura de la temporada regular. La acción que provocó tal castigo fue una falta recibida por el esloveno –a su criterio– por la cual pidió explicaciones a los árbitros al no verla señalizada.
“Le pregunté: ‘¿Cómo es que eso no es una falta? ¿Cómo es que eso no es una falta?’. Me engañó. No es justo, no es justo», comentó el esloveno explicando lo acaecido al vicepresidente de comunicaciones de baloncesto de los Mavs, Scott Tomlin.
Llegados a este punto, es posible que la NBA acabe retirando tal señalización. A lo largo de esta temporada el jugador esloveno ya reclamó una falta técnica que le acabaron quitando tras ser revisada por la Liga. En esta ocasión, aunque parezca que recibió falta personal, desconocemos si se repetirá tal caso.
Ya juegue o no contra los Spurs, lo que es seguro es que el rival en primera ronda de los Mavericks será Denver Nuggets o Utah Jazz, dos equipos que están empatados a récord y que deberán dilucidar en los últimos partidos cuál acabará quinto y cuál sexto.
(Fotografía de Tim Heitman/Getty Images)