Uno de los jugadores que mayor escrutinio ha recibido durante toda la temporada ha sido Danny Green. Especialmente durante las Finales de la NBA, donde su actuación fue foco de un gran número de críticas y hostilidades. Hasta el punto de recibir amenazas de muerte tras el triple errado al final del Game 5 que prácticamente hubiera sellado el campeonato a favor de los Lakers. Un anillo que, finalmente, terminarían alzando en el sexto partido.
Ahora que las aguas han regresado a su cauce y la tensión propia de unas eliminatorias por el título se ha disipado, parece esclarecerse la principal razón por la mala actuación del alero durante la serie contra Miami Heat. Green reveló en su podcast «Inside The Green Room» que sufrió diversos problemas físicos durante los playoffs y que los Lakers optaron por omitir esta información de sus informes de lesiones.
«Cuando bajé del avión toda la adrenalina desapareció y todas las heridas cobraron vida. Me sentí como un ciervo recién nacido», declaró el jugador. «Mis piernas estaban entumecidas. Sentí dolor en mi cadera, en mi Aquiles, en todo mi cuerpo. Necesitaba un par de días antes de poder celebrarlo [el título]. La gente me decía ‘vamos a salir, vamos a beber’. Yo respondía ‘no, necesito un par de días. Déjame descansar y dormir un poco’.»
El tres veces campeón de la NBA había sido un elemento básico en el quinteto inicial y el sistema de Frank Vogel. Su condición de jugador 3&D le permitió disputar un gran número de minutos a lo largo del curso (24,8 por velada) aunque esta cifra decayó en las Finales (22,9). Si bien cumplió su función como engranaje defensivo del equipo, su paupérrimo acierto desde el triple, apenas un 28,9% (11 aciertos en 38 intentos), condicionó en exceso su rol en los encuentros finales.
La cruda irregularidad y volatilidad de Danny Green fue un misterio y el centro de las iras de un gran sector de la afición de los Lakers durante toda la post-temporada. Ahora que existe una aparente justificación a este hecho, quizá la marea oro y púrpura mire al jugador con unos ojos más benevolentes.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)