Dario Saric se disculpa por su canasta a destiempo

Eterno y absurdo debate que, por contra, nunca dejará de desatar la polémica y crispar a los jugadores (rivales) cuando alguno se salta este guioncito del implícito código deontológico que impera en la NBA.

Con el partido resuelto y la última posesión del partido en manos del equipo inminentemente vencedor, se considera correcto dejar morir los segundos finales sin atacar el aro rival, y una falta de respeto hacer lo contrario: buscar los dos (o tres) puntos fáciles con las defensas ya en modo pasivo.

Ayer, exactamente en este contexto, Dario Saric se saltó las reglas e hizo un mate faltando 13 segundos y con sus 76ers ganando por ocho puntos a los Cavs. La reacción de Clarkson fue inmediata (lanzándole el balón a la espalda) al igual que la de los árbitros (decretando su expulsión).


Fruto de este hecho se montó una pequeña refriega en la que Joel Emiid trató de poner paz y con LeBron James como principal espíritu reivindicativo, acusando furibundamente al croata por su acción. El jugador de los Sixers no ha dudado a la hora de asumir su error y disculparse por la innecesaria canasta.

«Los jugadores de la NBA se molestan por estas cosas, lo que para mí es raro; pero me quiero disculpar con los aficionados de los Cavs. No fue nada intencionado. Pero luego ves a su banquillo, y lanzándome la pelota contra la espalda, y luego Roodney Hood haciendo lo mismo… atacarme de esa manera quizás no es lo más correcto… pero me quiero disculpar de todos modos por lo que hice», explicaba con tranquilidad el ala-pívot desde los vestuarios, minutos después de los acontecimientos.

LeBron, ¿doble rasero?

Hace unos meses, con los Warriors ganando de 25 a los Mavs y con menos de tres minutos para el final del encuentro, Jordan Bell realizaba un mate espléndido a ojos del fan neutro, y fácilmente provocador para cualquier seguidor de Dallas.

Sus compañeros, por supuesto, le defendieron. «Es un tipo joven, se está divirtiendo», decía su técnico, Steve Kerr. «Si puedes hacer un mate a tablero hazlo y convierte el tiro libre, es una gran jugada. No hay ofensa”, añadía Draymond Green.

Otro jugador ajeno a estos dos equipos también se apuntó a expresar su opinión. Fue LeBron James. «Todos somos adultos. Y no pretendemos ofender a nadie. Simplemente juegas duro hasta que el partido ha terminado. Los entrenadores siempre nos dicen que juguemos hasta el final, hasta el bocinazo final. El chaval lanzó el balón a tabla e hizo un mate, ¿y qué?»

Y ahora la obligada pregunta: ¿Son estas dos situaciones lo suficientemente equiparables como para tildar las palabras de LeBron James de octubre -por un lado- y su reacción de ayer -por otro- como contradictorias?


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