Vivir fuera de la sombra de LeBron James. Huir de la ascendencia que El Rey tiene sobre los Cavaliers y sobre sus propios compañeros. Explorar sus posibilidades sin jugar al lado de una de las estrellas de la NBA. Ser alguien más allá de El Elegido y brillar con luz propia.
Todo eso desea experimentar Kyrie Irving lejos de Cleveland. Y en estos factores hemos podido encontrar las razones por las que el mes pasado decidió que era el momento de abandonar Ohio y de pedir a los Cavaliers su traspaso.
David Griffin conoce bien a Irving. El antiguo general manager de los Cavs, que dejó la franquicia en junio, ha sido uno de los testigos directos de esta realidad, de ese Irving que quería ser estrella por sí mismo. Anoche, Griffin, en el programa The Jump, de ESPN, habló sobre los deseos de salida de Irving y defendió su posición ante los ataques sufridos por la decisión tomada. Para Griffin, “la mayoría no tiene el coraje de hacer lo que hizo”, alabando la valentía del número 1 del Draft de 2011 para dar el paso de querer cambiar de aires. “No es juventud e ignorancia”, apuntó Griffin, en relación a las palabras de Ron Harper, exjugador de Cleveland, quien calificó con estos adjetivos las pretensiones del base.
Demasiado centrados en LeBron
Griffin señaló que el origen de la situación creada con Irving es el excesivo decoro que la franquicia siempre tuvo con LeBron James. Orientar todo hacia él dañó la capacidad del nacido en Australia para crecer como jugador. Y eso terminó por explotar.
“Creo que terminará traspasado”, comentó Griffin sobre la operación salida que puso en marcha Irving a finales de julio. Y defendió su modo de llevar a cabo todo este asunto. “Lo ha hecho como se supone que debe hacerse. Fue a ver a Dan Gilbert y le dijo que sería feliz en otro sitio. Lo peor que podría haber hecho es fingir que todo iba bien y hundir el barco desde dentro”.