En Toronto no gustó nada verse barridos por Cleveland Cavaliers en semifinales de conferencia. Construidos para ser una alternativa a todo en el Este, la fórmula que les ha llevado a estar en la élite de su costa con Kyle Lowry y DeMar DeRozan como principales estiletes, es ahora, para Masai Ujiri, algo que debe cambiar irremediablemente.
El general manager de los canadienses ha sido claro. La nueva cultura debía dejar atrás los uno contra uno como base del juego para dar lugar a otro más colectivo. Lo más sorprendente no es tal afirmación, sino que deseara llevar a cabo este giro manteniendo al mismo entrenador, Dwane Casey, y renovando a largo plazo a una de sus piedras angulares, Kyle Lowry. Pues bien. Otro de los principales implicados, DeRozan, no acaba de verlo así.
«Creo que los medios lo han explicado de forma desproporcionada, como si fuera algo dramático o un cambió completo de 180 grados. No se trata de eso en absoluto. Se trata de centrarnos y comprender qué se necesita para ganar. Todo el mundo conoce nuestros fallos, debemos acelerar y mejorar como líderes, no solo Kyle y yo, sino todos. Creo que si trabajamos y todos nos hacemos responsables, todo saldrá perfecto. Eso es todo», explica a Toronto Sun.
Movimiento de balón, pero…
Cuestionado por el hecho de que el equipo practique un juego más colectivo en ataque, DeRozan no lo niega. Sin embargo, asegura que el cambio que todos anticipan está muy lejos de la realidad. Su idea sigue siendo que la ofensiva de los Raptors parta en todo momento de sus manos o de las de Lowry. Esto chocaría con lo pretendido por Ujiri, pero era algo probable, ya que ambos jugadores llevan haciendo lo mismo demasiados años como para darle un vuelco tal de un día para otro.