El despido de Fisher, nada personal

Ha pasado un mes. 30 días en los que el ocultismo ha ganado la batalla y la intrahistoria para saber qué ocurrió realmente ha quedado sepultada.

Aprovechando todo ese tiempo transcurrido, Derek Fisher ha optado por hablar de los motivos que llevaron a su despido, y ha querido ser tajante: no ha sido por temas personales ni por su grave incidente (pelea) con Matt Barnes.

En un artículo para Sports Illustrated, titulado como “Verdad”, una manera absolutamente sintomática de lo que nos iba a ofrecer, el extécnico de los Knicks ofreció su punta de vista sobre lo ocurrido. Sin demasiados paños calientes.

Fisher, al ataque

“Quiero que la gente sepa que no se puede simplemente hacer las cosas y salirse con la suya. Vamos a hablar de esta idea de que me quedé sin mi trabajo debido a temas de ‘carácter’ o problemas de ‘integridad’. No sólo es una insinuación falsa, sino francamente ofensiva”, empezó repartiendo Fisher.

“En este tiempo que ha pasado, se han escrito muchas cosas sobre mí, la mayoría de ellas nada más que rumores y chismes”, siguió el entrenador. “Cuando el equipo me notificó su decisión, la conversación fue corta”.

El mensaje que le dieron a Fisher es que “las cosas no estaban saliendo como esperaban. Pero en ningún momento nadie me expresó que las historias que me suceden en mi vida personal me estuvieran distrayendo de mi labor colectiva. Y tampoco ninguno de mis jugadores había expresado a la dirección que habían perdido la confianza en mí como su entrenador”.

La exesposa de Barnes

Fisher también hablo del tema que más veces le ha mandado a las portadas de los medios de comunicación: su trifulca con Barnes, en la que el jugador de los Grizzlies se presentó en la casa de su exesposa (y ahora pareja de Fisher) y se lio a puñetazos con el exentrenador de los Knicks.

“Yo no estaba quedando con ella a escondidas ni nuestra relación era un secreto”, añadió Fisher. “No es que lo estuviera tratando de proclamar, pero tampoco de ocultar. No había razón para ello”.

“No sé qué es lo que estaba pasando por la mente de Matt cuando ese día se presentó sin avisar en la casa de Gloria y me empezó a golpear. No tomé represalias. Todo el mundo intentó que se calmara, sobre todo porque los hijos de Matt y Gloria estaban delante. No hubo pelea. Eso es todo. No hay nada más”, explicaba el también exjugador.

“No éramos amigos”

“Decir que éramos amigos antes del incidente sería una exageración. Hemos jugado juntos en Los Angeles en 2010-11, pero ya está. Eso es todo. Ésa es la historia”, dijo Fisher.

“Durante ese tiempo que compartimos vestuario, fuimos compañeros de equipo y nunca hemos tenido un problema. Pero tampoco hemos tenido relación fuera de la cancha. Nuestros niños no jugaban juntos ni nuestras familias pasaban tiempo juntas. No hubo fiestas de cumpleaños. No éramos amigos y nunca tuvimos amigos en común”, añadió el jugador en su carta abierta.


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