Los vigentes campeones han caído. Los Angeles Lakers han dicho adiós a los playoffs tras ser eliminados por los Phoenix Suns, que se llevaron el duelo disputado en el Staples por 100-113 y lograron así poner el 4-2 que les lleva a las semifinales de conferencia. Allí se medirán a los Denver Nuggets, que sellaron su pase horas antes en un duelo de potencias emergentes que buscan por fin terminar de explotar.
Los de Arizona dejaron el choque encarrilado desde muy temprano, pues una salida en tromba les hizo colocarse con una ventaja de 19-48 a mediados del segundo cuarto que parecía señalar que la serie estaba muerta. La victoria, no obstante, no fue tan sencilla, pues los Lakers, aún con muchos problemas, fueron poco a poco acortando distancias tratando de obrar un milagro que, finalmente, no llegó. Es más, este intento de remontada no sirvió sino para realzar la fortaleza de los Suns, a quienes no les tembló el pulso pese a la inexperiencia generalizada y fueron capaces siempre de mantener un colchón de seguridad suficiente para no sufrir.
El gran responsable de esta gran ventaja fue Devin Booker. El escolta, que confiaba en que esta primera experiencia en playoffs le consagrase definitivamente en la élite más absoluta de la liga, cerró la serie con una exhibición anotadora de 47 puntos ante la que los angelinos no pudieron hacer nada. El de Phoenix parecía tocado por un varita, especialmente en el primer cuarto, en el que anotó 22 de sus tantos con un 8/9 en el tiro y se encargó de que la distancia en el marcador comenzase a crecer de forma exponencial.
Pese a que semejante nivel de acierto acabó decreciendo por razones obvias, Booker siguió firmando un recital, y terminó el choque con un 68,2% de acierto en tiros de campo (15/22) y un 80% en triples (8/10) que hablan por sí solos. Además, capturó 11 rebotes para destacar también en otras facetas, y, por si fuera poco, se convirtió en el segundo jugador que más puntos ha anotado a los Lakers en el Staples en un partido de playoffs. Su marca se quedó solo por detrás de la de Allen Iverson, que se fue hasta los 48 puntos en el inolvidable primer partido de las Finales de 2001.
El escolta no estuvo solo, por supuesto, pero sí fue con una enorme diferencia quien más sumó en el lado ofensivo. De hecho, el segundo en anotación fue Jae Crowder con 18 tantos, y en general Booker anotó más que todos los demás titulares juntos (44). Mikal Bridges y Cameron Johnson, por su parte, terminaron con 10 puntos, mientras que Chris Paul no destacó en anotación pero sí en la distribución con 12 asistencias.
Davis lo intentó
La situación física de Anthony Davis era una de las grandes incógnitas previas al partido, pues el ala-pívot ya se había perdido el Game 5 por lesión y la franquicia habían anunciado que se decidiría a última hora si se le consideraba apto para jugar. Los servicios médicos, quién sabe si condicionados por la obligación de ganar, dieron vía libre al ala-pívot para ser titular, pero bastaron 5 minutos para ver que no estaba en condiciones de disputar el partido. La Ceja tuvo que regresar al banquillo, complicando aún más la vida a unos Lakers que también sufrieron la baja de Alex Caruso por un esguince de tobillo.
LeBron James, con 29 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias, trató de tirar del carro ante las adversidades, y aunque logró que los suyos acortaran diferencias en la segunda mitad, la situación le sobrepasó incluso a él. Ni la ayuda de Dennis Schröder y Kentavious Caldwell-Pope, autores de 20 y 19 tantos cada uno, fue suficiente para evitar la eliminación de un equipo que arrancó el curso como gran favorito y al que fueron asolando las complicaciones con el paso de los meses. Así, los vigentes campeones han dado por concluida su defensa del título en primera ronda, y ahora falta ver quién les sucede en el trono de la liga.
(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)