La paliza sufrida en el quinto partido de la serie ha dejado a los Lakers contra las cuerdas, una situación que se ve agravada por la lesión de Anthony Davis. Si bien su baja en dicho Game 5 no fue la única causa de la estrepitosa derrota, es obvio que se trata de una de las piezas fundamentales del equipo, y su presencia en el sexto encuentro sería un importante apoyo para que los suyos tratasen de evitar la eliminación. No obstante, su situación física no está clara aún, y parece que no lo estará hasta el último instante.
«Espero que toda la rehabilitación que he hecho estos días dé resultado y los médicos me dejen participar» dijo el ala-pívot. «Seguiré tratándome y hablaré con ellos antes de partido, tanto antes como después de la calentar y tirar, y con suerte todo volverá a estar bien. Es lo que todos deseamos».
Davis ha sido bastante desafortunado con las lesiones a lo largo de la temporada, pues ya se perdió también por motivos físicos 30 encuentros de temporada regular entre febrero y abril, lo cual fue una de las principales causas por las que los Lakers acabaron ocupando el séptimo puesto del Oeste. Además, llegó al Game 4 con problemas en su rodilla izquierda, algo que, según señala, le causó su actual lesión en la ingle.
«Lo de la ingle ha ocurrido debido a la tensión en la rodilla. Sentía la articulación durante todo el partido, incluso al principio, y cuando salté noté que la rodilla se me disparaba hasta la ingle. Ese fue el final» comentó.
El ala-pívot habló además de las dificultades específicas de esta lesión, recordando sus impresiones cuando trató de ver cómo se encontraba en la previa del quinto partido: «No era capaz de moverme bien. Cada movimiento que hacemos empieza en esta zona, por lo que, así como en otro tipo de lesiones puedes encontrar formas de moverte, la ingle es una zona complicada en ese sentido. Por eso me fue imposible jugar la última noche».
(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)